Dalila era una
bella palestina (en la Biblia se habla de “filistea” pero en latín se habla de
“Philistinum” que terminó denominando al pueblo como “palestino” en nuestros
días). Entusiasmó a Sansón -judio nazareo- con su belleza. Él era poseedor de una fuerza
extraordinaria pero a ella, sus compueblanos le exigieron que investigara la
fuente de su fuerza para destruirlo. No fue el amor sino un interés político-bélico
el propósito seductivo de Dalila hacia Sansón y uso sus dotes para que el
hombre le revelara su secreto y la historia terminó mal.
Afiche de un filme de 1949.
Dalila es posiblemente
la peluquera más famosa de la Biblia que nos revela que judíos y palestinos
anduvieron a los encontronazos desde mucho antes que ahora y en estos milenios
han acumulado un historial de enfrentamientos que explica la dureza de su
conflicto. David, el icono judío se salvó por un pelo de morir a manos de un
rey palestino. Se hizo el loco con poses actorales y gambeteó la situación.
Es el mismo David que antes había dado muerte al
gigante palestino Goliat. Quienes escudriñan la Biblia, saben que el
desencuentro sangriento (incomprensible para la mayoría) entre judíos y
palestinos, tiene causales que están en la Biblia. No tiene 60 años el
conflicto. No, viene de milenios y estriba en errores cometidos por personajes,
justamente bíblicos.
Un magno error
El primero de esos grandes errores determinantes, fue
cometido por el patriarca Abraham, al tener un hijo fuera de su matrimonio con
Sara, con una empleada de su esposa y con el consentimiento de ella
precisamente. Es buena parte de la razón del dolor de cabeza en Medio Oriente.
En “la previa” de la destrucción de Sodoma y Gomorra,
Abraham estaba sentado bajo una sombra y vio venir “a los tres” y los
identifico. La Biblia no especifica quienes eran todos pero Abraham salió a
recibir a Dios corporizado y le ofreció unos bocaditos, mientras los otros dos
(yo estimo que eran Jesús y el Espíritu Santo, aunque otros hablan de ángeles)
continuaron viaje, justamente rumbo a Sodoma.
El descredito
Esto está narrado en el capítulo 18 de Génesis. A los
ancianos esposos Abraham y Sara, Dios les anuncia que tendrán un hijo y Sarah
se ríe de la promesa porque piensa con mente humana que ya había “cerrado la
fábrica” y a su vejez ya no estaba para esos trotes de concebir el hijo, que el
todopoderoso le promete ¿Por qué se ríe Sara? Preguntó Dios a quien no le agradó
la incredulidad de la mujer.
Paso un tiempo y como no se embarazaba, Sara le dijo a
su esposo que tuviera un hijo con su empleada Agar, antes de que su virilidad
se diluyera. Estos muchachones de la tercera edad no le creyeron al Creador,
desobedecieron y nació Ismael, hijo de Abraham y Agar pero luego, nació Isaac
hijo de Abraham y Sara. Ismael es el padre de “12 príncipes”, los ismaelitas,
es decir, varias naciones árabes e Isaac, de la nación judía.
La disputa por la tierra
Entonces, hay dos descendientes de un mismo padre pero
de madres diferentes, reclamando posesión de una misma tierra. Y otra vez y
siempre ha sido así en la historia de la humanidad, la desobediencia a Dios es
la raíz de todos nuestros males. Adán y Eva desobedecieron, Abraham y Sara no
creyeron y desobedecieron. En vez de esperar el hijo prometido, por su cuenta
buscaron otro que les trajo dolor de cabeza a su descendencia.
Los sentimientos de disputa empezaron entre Sara y
Agar. Miren lo que dice Génesis 16: 5: "Entonces Sara dijo a Abram: Mi
afrenta sea sobre ti; yo te di mi sierva por mujer, y viéndose encinta, me mira
con desprecio; juzgue Jehová entre tú y yo".
Lo que paso a continuación es que Sarah despidió a su
empleada y Agar huyo afligida. Sin embargo Dios se apiadó de ella y le envió un
ángel que le dio palabras de consuelo y le trajo la promesa de multiplicación
de su descendencia. Ismael es el padre de la nación arabe. Y le prometió sobre Ismael
y su descendencia: "Y él será hombre fiero; su mano será contra todos, y
la mano de todos contra él, y delante de todos sus hermanos habitará".(Génesis
16:12)
Mientras los
judíos y nosotros los cristianos nos basamos en lo que dice la Biblia en el
sentido de que la promesa que Dios hizo a Abraham de que la tierra cananea (la
tierra prometida) es para su descendencia y se ejecuta por la vía de Isaac, el
hijo que tuvo con Sara. El Islam, por su lado, se basa en que las promesas de
Dios de la tierra prometida, son para la descendencia de Ismael.
He ahí el gran problema.