Los signos patrios
caracterizan valores, virtudes, homenajean nuestras fortalezas como sociedad,
como nación. Valor, justicia, paz, perseverancia y bravura; dación para
defender lo que es nuestro. Los símbolos
apuntan a representar nuestro carácter, el que ha sobresalido en las horas difíciles
y gloriosas de la historia. Hablamos pues, no de dibujitos meramente sino de
significantes trascendentes.
Es oportuno abordar este tema en el contexto de
la indignación que generó en la opinión pública la aparición de una publicidad
cervecera frente a la Casa de la Independencia. El tema es profundizarlo porque
hay hechos lamentables que han desnaturalizado los símbolos nacionales.
¿Quién y por qué decidió ponerle una orla negra a
los escudos? No tenemos explicación para ese curioso y penoso mensaje ¿de luto?,
como un valor o virtud de la paraguayidad. Esa es una decisión tomada con
criterio enemigo.
Peor aún ¿quién decidió poner el rabo entre las piernas
del león en señal de cobardía, de esclavitud, de capitulación?
Estos son temas de la más alta prioridad para
tratarlos en las instancias del gobierno que deben decidir restauraciones,
correcciones y que se hagan los cambios que deben hacerse.
Imagínense que el escudo norteamericano presente
un aguila acobardada como nuestro actual león del escudo.
Pero además existen otras cuestiones sobre las
que no tengo respuestas. Originalmente la estrella del escudo paraguayo era de
6 puntas. Lo que sé es que la Estrella de David es de 6 puntas y David recibió la
promesa de Dios de que su reino no tendrá fin porque en su descendencia Dios
puso a Jesús, cuyo reino efectivamente no tendrá fin.
¿Por qué cambiaron la estrella de 6 puntas por la
de 5 puntas en el escudo? ¿Fueron los países de la Triple Alianza los que
tomaron decisiones al respecto?
Debe haber un restablecimiento en base a una redefinición
o bien, en función de los propósitos patrióticos originales que determinaron y
establecieron la simbología.
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