Las multas que van
de 300 mil a 1.500.000 guaraníes (entre 55 y 270 dólares) a cada
conductor alcoholizado en las rutas, no está produciendo el efecto
disuasivo sobre la peligrosa práctica de beber y luego conducir en
Paraguay. El 80% de los accidentes de tránsito que matan unas 1.500
personas al año y dejan unos 12 mil mutilados y lisiados, es causado
por el consumo de alcohol. El pasado fin de semana, la patrulla
caminera alcotesteó a 2.400 conductores de los que 324 dieron
positivo; vale decir el 13,5%.
Es evidente que la
simple sanción pecuniaria no endereza la senda de los tomadores y es
preciso pasar a otras instancias que podrían ser la anulación
temporal de su licencia de conducir y participar de charlas sobre la
importancia de donar órganos.
Hay gente que
prioriza la bebida por sobre el respeto a la vida propia y de la de
los demás y el Estado debe establecer reglas que finalmente impongan
el cumplimiento de medidas de seguridad que hoy simplemente son
propuestas de millonarias recaudaciones. En efecto, 342 conductores
beodos de un solo fin de semana, ingresarán al Fisco, en multas, por
parte baja unos 300 millones de guaraníes.
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