jueves, septiembre 16, 2010

Dejemos atrás la basura que Nicanor Duarte Frutos trae a la política paraguaya

Es preciso que la sociedad deje "en blanco" a Nicanor.

Los que se fueron del gobierno colorado tras el triunfo presidencial de Fernando Lugo terminaron enriquecidos económicamente. Estancias, aviones, mansiones que el ejercicio de la política les permitió atesorar. Hoy ya no pasan por sus manos los recursos del Estado pero tienen dinero y sobre todo, deseos de volver a controlar el poder porque saben que el poder abre puertas.

Aquí no hablamos de que estén pensando en los derechos y afanes de la ciudadanía. No. La ciudadanía no cuenta, salvo para hablar de pueblo y ciudadanía a bocas llenas en los discursos engatusadores.
En ese contexto, el ex presidente Nicanor Duarte Frutos a quien la Constitución le asigna la función de “senador vitalicio” con voz pero sin voto, movilizó sus contactos y logró que la Corte Suprema de Justicia le diera la sentencia favorable para presentarse a elecciones parlamentarias –siendo aún Presidente de la República- y ahora, la sentencia favorable para ejercer como senador efectivo con voz y voto.
En el mismo contexto logró reunir en un momento dado los votos suficientes para que hubiera quórum en la sesión de la Cámara de Senadores a fin de jurar como nuevo parlamentario pero voces de poder, en realidad voces de sabiduría y prudencia hicieron notar que se estaba a punto de un imperdonable pisoteo de la Constitución y se bloqueó la posibilidad de que hubiera quórum.

No lo sabemos...
No sabemos si hubo también dinero de por medio porque en la política paraguaya don dinero es palabra mayor. Si se sobornó o no a senadores para que no dieran el quórum, en puridad no se puede decir que hay sobornos positivos y negativos pero Paraguay es el cementerio de las teorías y hay actitudes que a veces ensucian menos las conciencias.
Cuando sabemos que nos leen desde el exterior resulta extremadamente difícil, complicado, contradictorio explicar lo que pasa en nuestro país pero buscamos resolver esas contradicciones recurriendo a dichos como por ejemplo: quien le roba a un ladrón, tiene mil años de perdón.
Sabemos que no es así pero para lavarnos la cara, si.
Nicanor es impresentable. No puede ser considerado “genuino” representante del pueblo.
Se ha logrado bloquear su juramento como Senador “ante Dios y la Patria”, entes demasiado grandes como para protagonizar farsas descaradas.
Superemos de una vez este basural político y centremos nuestras atenciones en planes más constructivos.
Que el país invierta sus mejores afanes en propósitos constructivos.
A otra cosa por favor.

No hay comentarios:

Publicar un comentario