Mal se ocupa de los asuntos nacionales y ahora logró que la Corte Suprema de Justicia pisoteara claros mandatos constitucionales para permitirle ejercer la presidencia del Partido Colorado. El Presidente de la República se ha lanzado a una enfermiza campaña encaminada a seguir acumulando poder y en la agenda de esa carrera desenfrenada, incluso incorporó una petición de asociación al Club Centenario para encumbrarse desde el Paraguay profundo.
No está mal la pretensión de lograr ascensos en la escala social, pero en el contexto de los acontecimientos que rodean al Presidente Nicanor Duarte Frutos hay que comenzar a fijarse muy cuidadosamente en la transparencia de sus actos.
Por ejemplo ¿saldrán de su billetera los más de 200 millones de guaraníes que debe abonar en concepto de cuota de ingreso al "Cente" o cargará a la cuenta de los contribuyentes esa suma?
Si la paga él ¿cuánto realmente gana el Presidente de la República?, y si no, como contribuyentes nos debería interesar que ese dinero se invierta en escuelas o en salud para los necesitados por ejemplo ¿no?
O estar atentos cuando va y lanza uno de esos discursos en los que expone su irrenunciable preocupación por la suerte de los desheredados para hacerle un par de oportunas preguntas.
Pero es aún mas preocupante que mientras los ministros de la Corte Suprema de Justicia César Garay, Sindulfo Blanco, Miguel Bajac y José Altamirano expongan que el reclamo de Nicanor de ejercer su "derecho" a ocuparse de los asuntos internos del Partido Colorado como presidente de esa nucleación política ni siquiera debió tener trámite, Raúl Torres Kirmser, Víctor Núñez, Wildo Rienzi, Alicia Pucheta y Antonio Fretes, le permitan al Presidente de la República atesorar también la presidencia de su partido cuando la Constitución no le permite.
Veamos lo que dice la Carta Magna:
Artículo 237 - DE LAS INCOMPATIBILIDADES
El Presidente de la República y el Vicepresidente no pueden ejercer cargos
públicos o privados, remunerados o no, mientras duren en sus funciones. Tampoco
pueden ejercer el comercio, la industria o actividad profesional alguna,
debiendo dedicarse en exclusividad a sus funciones.
La sociedad civil paraguaya se movilizó con éxito cuando el diputado Julio Colmán, haciendo abuso de la fuerza, con prepotencia y sin tener ninguna atribución para ello, desautorizó a una representante de la Justicia que estaba decomisando un cargamento ilegal de madera en la frontera con Brasil y liberó la carga. Una campaña de firmas y una audiencia pública que sirvió para reclamar el desafuero del parlamentario, lograron el objetivo para que Colmán fuera a comparecer en los estrados judiciales.
Es cuestión de tiempo para que una movilización mayor envíe un mensaje claro a los poderosos en el sentido de que no estamos dispuestos a coreografiar meramente la grotesca puesta en escena de "La Tercera Reconstrucción Nacional".
Tenemos confianza en que no demorará mucho una convocatoria para reclamar que se cumpla la Constitución.
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