jueves, junio 25, 2009

Cortando por lo sano: La enseñanza que nos dejan las actitudes en dos dramas pasionales



A partir de dos dramas personales que ocurrieron en el exterior del país pero que tuvieron su repercusión mundial, queremos extraer lecciones acerca de lo parsimoniosos y morosos que somos para resolver problemas en Paraguay.

Uno de ellos involucra al ex sacerdote Alberto Cutié, descubierto con una novia y el otro, al gobernador de Carolina del Sur Mark Stanford quien encendió la alarma tras presuntamente desaparecer en los montes Apalches cuando en realidad estaba con su amante argentina en Buenos Aires.
El sacerdote católico nombrado se encontraba manifestando su amor al prójimo (en este caso a su prójima que era su propia novia), enternecido por sus más puros sentimientos de varón se lo vió en tórridos arrumacos y fue profusamente fotografiado.

Por lo sano (1)
Se armó un escándalo pero no por mucho tiempo. Cutié resolvió cortar el tema por lo sano y contrajo matrimonio con su novia. Se acabaron las habladurías en menos que canta un gallo.
Si nos fijamos en el caso Benigna-Lugo por la paternidad de un niño, llevamos varias semanas girando en torno al mismo asunto.
Que si el Presidente de la República debe ir o no a Ciudad del Este a extraerse muestras de ADN o si no debe ir, si por ser Jefe de Estado lo puede hacer en Mburuvicharoga y que la jueza va a ser recusada y que lo otro.
A esta altura debió concluir el análisis laboratorial del ADN de Lugo y a lo mejor se hubiera cerrado el caso pero no. Benigna sigue emitiendo epítetos cada vez menos benignos contra Fernando Lugo y que el abogado haciendo declaraciones y no se avanza.

Por lo sano (2)
El gobernador Stanford tras reaparecer luego de buscárselo en los Apalaches, evitó habladurías y convocó a la prensa para explicar que en realidad nunca fue a hacer senderismo en las montañas sino que había estado con su amante argentina en Buenos Aires.
Pidió disculpas a todos y perdón a su esposa y sus cuatro hijos. En vez de andar dando vueltas y más vueltas a lo paraguayo, cortó por lo sano a lo norteamericano y asumió su responsabilidad y las consecuencias.
Cutie y Stanford merecen nuestro reconocimiento por no prestarse a interminables melodramas sino que por haber puesto a lo hecho, pecho.
Si nos fijamos en el caso Monanaro, cuánto tiempo llevó decidir si se le hacía un peritaje siquiátrico o no. Si debia estar en el Policlínico, su casa o la cárcel. Semanas y semanas. Cuanta discusión si correspondía o no llevarlo a Tacumbú. Incluso cuando la ambulancia ya estaba saliendo rumbo a la cárcel, aún se anunciaba que podría trabarse judicialmente la decisión.
Nosotros somos parsimoniosos, morosos, vuelteros así para resolver problemas personales como judiciales, políticos, económicos y de toda índole. Si podemos suspender la reunión para la próxima semana, lo hacemos. Los plazos nos importan poco.
Para que hacerlo hoy si podemos hacerlo mañana.
Así no se puede.

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