martes, julio 16, 2013

Más allá del futbol


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Con una deuda considerada cuasi impagable a principios de este año y cercana a los 20 millones de dólares, un plantel desmotivado por el atraso de pagos, una dirigencia en desbande y desarticulada; sin director técnico (por entonces aun con contrato con la Selección de Guatemala) el club Olimpia inicio el repechaje de la Copa Libertadores de América 2013 a los tumbos. Sin embargo, en unas horas más jugará la final contra el Atletico Mineiro de Belo Horizonte.

La efervescencia de los ciudadanos, más allá del futbol, no puede ser mayor porque a partir de condiciones penosas hubo que sobreponerse a barreras que parecían infranqueables.
Ni en las visiones más optimistas figuraba un avance hasta esta instancia y poco a poco, ese proceso de derrumbar vallados y avanzar creó un sentimiento de simpatía, mística, esperanza, anhelo de mayores victorias que ha ido contagiando y se puede decir que estamos ante un fenómeno social de gran envergadura que se ha entroncado con otras manifestaciones humanas, incluso la espiritualidad.
Es decir, hay un estado de alegría que al trasponer instancias, se convirtió en gozo para una creciente multitud que traspasó a la que normalmente es hinchada de un club de futbol. 
Es natural pensar que hay otra multitud muda que no desea que los colores del competidor deportivo sean encumbrados porque eso es parte de la rivalidad futbolera.
Sin embargo las expectativas de triunfo ante el Mineiro brasileño alcanzan un perfil pasional que mezcla una serie de ingredientes provenientes de otros aspectos de la vida y problemas nacionales que tornan complejo el modo de interpretar lo que está aconteciendo.
Esos ingredientes tienen que ver entre otros asuntos como con que venimos saliendo de una sensación de derrota por la eliminación de la selección albirroja del Mundial de Brasil 2014. En el contexto de limitaciones economicas del club, se tuvo que vender al capitán del equipo para cubrir gastos, un icono y valor trascendental de la campaña. Otro jugador tuvo que desertar por un problema de salud (foto de arriba sus compañeros le rinden homenaje en la camiseta)
Pero por otro lado, en la gente había una sensación de maltrato y ninguneo de parte de países vecinos que expulsaron al Paraguay del Mercosur y crearon condiciones de sometimiento y humillación en un cuadro de menoscabo que abolló sentimientos que identifican a una sociedad.  
Y el futbol abre una oportunidad de vencer, también como una manifestación de protesta. Sí.
Y en esta mescolanza de sensaciones, esas molestias extrafutboleras surgieron con efecto realimentador de ansias de triunfo que hicieron que la gente invirtiera en entradas para ver el partido, sumas que superan lo que bajo condiciones normales se considerarían racionales.Hay un deseo de ser parte de la cruzada. 
Se escuchan comentarios como ‘yo no puedo estar ausente’, ‘yo me siento parte’.
Todo, porque de repente aparece un grupo de futbolistas cuya misión de ninguna manera es reivindicar derechos –más allá de los suyos propios- ni interpelar por respetos burocráticos o sociopolíticos regionales ni mucho menos pero porque tal era el contexto, aparecieron como abanderados de ‘otras causas’ de las que tal vez ni tengan ideas pero se sintieron fortalecidos por el tremendo respaldo popular recibido.
Sin que fueran abanderados, enarbolaron banderas que ya no saben cuáles son pero si saben que han vencido dificultades que parecían invencibles y llegaron a una instancia definitoria, materialmente con mucho menos de lo que se creía necesario.
Y en última instancia probablemente eso sea lo más trascendente de esta campaña: Demostrar la potencia impulsora que tienen elementos tales como CREER en que es posible alcanzar un OBJETIVO, encontrar al LIDER que guie, unir fuerzas (en este caso atletas, dirigentes, publico) de un modo UNANIME; tener la ESTRATEGIA y unir a todo eso la FE.Cuando esos elementos se juntan, los recursos que antes no existían, aparecen.
No podemos predecir que es todo lo que se necesita para llegar a la victoria final porque el rival también cuenta pero, están dadas las condiciones para que ello ocurra.