lunes, junio 01, 2015

“La verdad os hará libre”. Sí, pero ¿cuál verdad?


La frase es usada entre políticos, contrabandistas, periodistas, en realidad en todos los ámbitos pero fuera de contexto. Es una frase bíblica que tiene un sentido muy claro y profundo ¿Cuál es la verdad que nos hace libres? ¿Nuestra verdad? No.  La frase bíblica no debe interpretarse en el sentido de: “Yo soy un contrabandista, reconozco la verdad y la verdad me hace libre”. No, si sos contrabandista, sos esclavo de una conducta errada. Vives en esclavitud y por tanto no eres libre.
 
Un periodista de Ultima Hora que decidió revelar su propia intimidad publicó en estos días un comentario bajo el título: Soy gay: Esta es mi verdad”  y declaro entre otras cosas lo siguiente:

"La verdad os hará libres", dijo Jesús hace 2.000 años, y ni él ni ninguna autoridad sobre el cielo o sobre la tierra debería impedir jamás que alguien viva contrariando la naturaleza que Dios, la vida o el destino le dispensó”.
La frase “la verdad os hará libres” fue usada aquí no en el sentido bíblico sino que subordinada a un interés particular del articulista en el sentido de que nadie se oponga a su naturaleza homosexual que le fue dada -según él sospecha- por Dios, la vida o el destino.
Un error es que Dios le pudo haber dado su naturaleza homosexual. Está claro que la homosexualidad no es una creación de Dios. “Varón y hembra los creo” dice la Escritura. Dios sustentó sobre un hombre y una mujer su plan para la humanidad y les dio la orden de crecer y multiplicarse. La relación homosexual, es la negación del plan de Dios. No puede haber multiplicación a partir de una relación de hombre con hombre o mujer con mujer.
Entonces ¿Dios boicoteo su propio plan? En primer término, la naturaleza de Dios es perfecta. No hay sombra de dudas sobre lo que plantea y es fiel. Pero si seguimos el razonamiento del periodista, si hubiera boicoteado su creación, no hubiese considerado a la homosexualidad como una abominación y no hubiera decretado: No os dejéis engañar: ni los inmorales, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los afeminados, ni los homosexuales, ni los ladrones, ni los avaros, ni los borrachos, ni los difamadores, ni los estafadores heredarán el reino de Dios.…”. Naturalmente que siempre queda el camino de arrepentirse, pedir perdón y corregir rumbos para recuperar el derecho de heredar el reino.
No es correcto  pues que “…ninguna autoridad sobre el cielo o sobre la tierra debería impedir jamás que alguien viva contrariando la naturaleza que Dios, la vida o el destino le dispensó”. En realidad, Dios no va a impedir porque no nos hizo robots sino que nos dio libre albedrío, vale decir, la libertad de hacer lo que nos manda o no, pero queda claro: “No tendrá por inocente al culpable” el día en que cada uno deba rendir cuentas.

Esta escrito: "Todo me es lícito, pero no todo conviene; todo me es lícito, pero no todo edifica". Finalmente ¿Cuál es entonces la verdad que nos hace libres? Es Jesús, quien nos dice: YO soy la VERDAD, el camino y la vida…” ¿Qué implica recibiréis la Verdad?, no simplemente tener la información sino dar el paso de ser discípulo. 
Pero entonces que implica ser discípulo: Conocerlo, conocer sus enseñanzas, seguirlo y  cumplir sus mandatos; ser no solo oidor de la palabra sino que hacedor de ella. Es entonces cuando uno es realmente libre.