jueves, abril 30, 2015

Los paraguayos debemos recuperar la Hombría.




¿Por qué es más importante el día de la Madre que el día del Padre? ¿Qué hay detrás del matriarcado paraguayo? ¿Cómo es que siendo las madres, custodios y educadoras de nuestros hijos tenemos una sociedad machista? ¿Cómo es que una madre resulta ser cómplice de su esposo, violador de su hija niña? Algo ha fallado gravemente y este es un problema que los hombres debemos resolver y para ello tenemos que recuperar lo que hemos perdido: Hombría.

Esa recuperación no la vamos a poder hacer solos nosotros porque aquí hay cuestiones espirituales profundas que no hemos sabido desentrañar, pero es necesario hacerlo. Hay organizaciones que en nuestro país están realizando cursos de “Hombría al Máximo” ¿Quiere decir que somos varones nomas pero tenemos que aprender a ser hombres? Es imprescindible que ese curso de hombría sea desarrollado en las empresas, en las oficinas públicas y en toda organización que piense en positivo en el futuro de la nación

El diccionario nos dice que hombría es: “f. Conjunto de cualidades positivas que se consideran propias del hombre, especialmente el valor y la entereza”. ¿Qué es valor según el diccionario?: “Cualidad o conjunto de cualidades por las que una persona o cosa es apreciada o bien considerada”. Esta definición nos aclara que el hombre es aquel que tiene cualidades que lo distinguen y lo hacen respetable ante sus iguales.

Vemos que el otro componente de hombría es entereza ¿Cuál es la definición de ese término?: Entereza:  “f. Integridad, perfección; fortaleza, firmeza de ánimo;  rectitud, irreprochabilidad”. ¿Es realmente hombre el que viola a su hijastra de 10 años?

Y siguen otras preguntas que necesariamente debemos hacernos: ¿Somos más hombres cuando ante la tentación de una rubia o pelirroja (o según el gusto de cada uno) olvidamos a nuestras esposas y “aprovechamos la oportunidad”? ¿Es más hombre el que en esas circunstancias dice “si” o el que recuerda el juramento de fidelidad a su esposa y dice “no”? ¿Quién es más hombre?

¿En qué momento hemos perdido la entereza, la respetabilidad, el liderazgo honesto tan impecablemente descripto por el español Ildefonso Bermejo?

Lo que la Guerra contra la Triple Alianza nos robó

Hay que decirlo: La Guerra contra la Triple Alianza, al diezmar la población masculina, dio un durísimo golpe al  hombre y la hombría de los paraguayos. Las mujeres debieron tomar –en tan penosas circunstancias- el liderazgo no solo del hogar sino de actos orientados a la repoblación del Paraguay, instancia en la que se produjo una situación que en la Biblia es profética para nosotros: “Porque siete mujeres echarán mano de un hombre en aquel día, diciendo: Nuestro pan comeremos y con nuestra ropa nos vestiremos; tan sólo déjanos llevar tu nombre; quita nuestro oprobio”. (Isaías 4:1)

Mujeres paraguayas, ante la escasez de hombres piden por decirlo así, la protección de su apellido para tapar su oprobio, su vergüenza, su degradación al aceptar compartir un hombre entre varias. En realidad para las mujeres judías, la expresión tiene otro sentido pero el contexto general de tal debacle, es la traición de un pueblo bendecido que da las espaldas a Dios para entregarse a la adoración de Astarté, Semiramis, Ishtar (Esther, Estrella del Mar, Stella Maris, hoy protectora de la Marina Paraguaya (¿?), deidades asirias y babilónicas –espíritus demoniacos- que luego fueron adoptadas por la cultura romana y luego por la iglesia romana. 

Y aquí viene otra pregunta: ¿No hemos abandonado a Dios en Paraguay para adorar imágenes de deidades de origen babilónico o asirio a la que se ha pretendido “cristianizarlas” de un modo forzado e imposible? ¿La virgen de Caacupé representa a María o a Semiramis, Astarté o Ishtar?

Antes que nada, veamos la actitud de la María Bíblica. La propia Biblia cita en el libro de Juan una expresión esclarecedora de María; “Hagan todo lo que Él (Jesús) les diga” como deslindando roles y responsabilidades. Tiene un sentido de “no es conmigo sino con Él” (Jesús). María nunca buscó un protagonismo como el que la religión manipulada por fuerzas ocultas, le ha dado a partir del Concilio de Trento, vale decir producto de un conciliábulo. Doctrina de hombres y no la sana doctrina establecida por la Biblia, la única fuente doctrinaria cristiana. No existe otra.

¿Adoran los devotos a María? Ya vimos que María nunca pretendió algo así y curiosamente la trampa del enemigo, con astucia llama a las imágenes Shoenstadt, Guadalupe, Fátima, Perpetuo Socorro, Stellamaris, Concepcion, Encarnacion, Rosario, etc.,etc.,etc., Corresponde entonces hacernos otra pregunta: ¿Puede un muerto rogar por los vivos como muchos, erróneamente creen diciendo “ruega por nosotros”?

Veamos lo que dice la fuente de la sana doctrina: “Para cualquiera que está unido con los vivos, hay esperanza; ciertamente un perro vivo es mejor que un león muerto. Porque los que viven saben que han de morir, pero los muertos no saben nada, ni tienen ya ninguna recompensa, porque su memoria está olvidada. En verdad, su amor, su odio y su celo ya han perecido, y nunca más tendrán parte en todo lo que se hace bajo el sol”. No lo digo yo. Esto está escrito en Eclesiastés capítulo 9 versículos del 4 al 6. Los que murieron, fueron. Ni Expedito ni María ni Juan Pablo II, Chiquitunga o Roque González de Santa Cruz. Pudieron haber sido buenísimas personas, excelentes seres humanos pero, murieron y ya “no tienen parte en todo lo que se hace bajo el sol”.

¿Qué tiene que ver con hombría todo esto? Espero llegar a ese punto con esta reflexión. Si escudriñamos el capítulo 7 de Jeremías desde los versículos 15 al 20, veremos que Dios interviene a través de su profeta para condenar el culto a la “Reina del Cielo”, que ha contaminado al pueblo, provocando su ira que según anuncia, se derramará sobre el lugar donde adoran a un dios falso ¿No escucharon ustedes hablar de reina del cielo en referencia a alguna de las vírgenes que se “veneran” en nuestro país y que lucen grandes coronas? 

Dios se llenó de ira porque su pueblo le sustituyo a Él, por una impostora. Unos dirán, pero eso fue en el Antiguo Testamento. El Nuevo Testamento está lleno de advertencias a los idolatras, adoradores de imágenes, incluso se afirma y aclara que la idolatría es la causa de la homosexualidad y las perversiones de todo tipo. ¿Cómo se llama el espíritu maligno que actúa detrás de las imágenes idolatradas de vírgenes? Jezabel.

Si la “virgencita azul” protegiera a nuestra sociedad, no pasaría lo que hoy nos pasa y que expusimos al principio. Sin embargo, la idolatría nos ha llevado a que la mayoría, adore a Jezabel ¿Pero de donde sale esto? Investiguen a quien va dirigido el mensaje de advertencia que está en Apocalipsis 2 y que dice: “Yo conozco tus obras, tu amor, tu fe, tu servicio y tu perseverancia, y que tus obras recientes son mayores que las primeras. Pero tengo esto contra ti: que toleras a esa mujer Jezabel, que se dice ser profetisa, y enseña y seduce a mis siervos a que cometan actos inmorales y coman cosas sacrificadas a los ídolos” ¿Se han preguntado ustedes si el pastel mandi’o, el payagua mascada, el chicharo hu’iti que se come en San Juan es comida dedicada a un ídolo?

Esta sociedad ha aceptado el engaño. Tenemos que reconocerlo y revertir el rumbo antes de que sea muy tarde. Nuestros errores (“actos inmorales”) se los quiere corregir despenalizando el aborto para que los embarazos no deseados se resuelvan por el lado de la “interrupción del embarazo”, eufemismo por asesinato. Ideología demoniaca, ideología de muerte.

Los hombres creemos que somos más hombres de un modo errado. El fondo del problema es espiritual. Nuestra fe se ha desviado del único Dios verdadero que tiene un solo mediador entre Él y nosotros y no es Guadalupe, Expedito, Blas, Fátima ni Shoenstadt. Hay una sola verdad, un solo camino. 

Nadie es justo, pero podemos ser justificados. Nadie es perfecto pero si lo pedimos con arrepentimiento, podemos ser perdonados y como nación necesitamos hacerlo. Fundamentalmente los hombres que en la guerra grande, una acción maligna en el plano espiritual, intervino para robarnos nuestro lugar y hemos dejado de ser lo que tan excelentemente Ildefonso Bermejo describió como la hombría de los paraguayos.

domingo, abril 12, 2015

El león vencido, la orla de luto, la dependencia cervecera


Los signos patrios caracterizan valores, virtudes, homenajean nuestras fortalezas como sociedad, como nación. Valor, justicia, paz, perseverancia y bravura; dación para defender lo que es nuestro.  Los símbolos apuntan a representar nuestro carácter, el que ha sobresalido en las horas difíciles y gloriosas de la historia. Hablamos pues, no de dibujitos meramente sino de significantes trascendentes.

Es oportuno abordar este tema en el contexto de la indignación que generó en la opinión pública la aparición de una publicidad cervecera frente a la Casa de la Independencia. El tema es profundizarlo porque hay hechos lamentables que han desnaturalizado los símbolos nacionales.
¿Quién y por qué decidió ponerle una orla negra a los escudos? No tenemos explicación para ese curioso y penoso mensaje ¿de luto?, como un valor o virtud de la paraguayidad. Esa es una decisión tomada con criterio enemigo.
Peor aún ¿quién decidió poner el rabo entre las piernas del león en señal de cobardía, de esclavitud, de capitulación?
Estos son temas de la más alta prioridad para tratarlos en las instancias del gobierno que deben decidir restauraciones, correcciones y que se hagan los cambios que deben hacerse.
Imagínense que el escudo norteamericano presente un aguila acobardada como nuestro actual león del escudo.
Pero además existen otras cuestiones sobre las que no tengo respuestas. Originalmente la estrella del escudo paraguayo era de 6 puntas. Lo que sé es que la Estrella de David es de 6 puntas y David recibió la promesa de Dios de que su reino no tendrá fin porque en su descendencia Dios puso a Jesús, cuyo reino efectivamente no tendrá fin.
¿Por qué cambiaron la estrella de 6 puntas por la de 5 puntas en el escudo? ¿Fueron los países de la Triple Alianza los que tomaron decisiones al respecto?

Debe haber un restablecimiento en base a una redefinición o bien, en función de los propósitos patrióticos originales que determinaron y establecieron la simbología.

martes, abril 07, 2015

Mirar los acontecimientos como señales de este tiempo


Los acontecimientos que pasan ante nuestros ojos (suicidios con asesinatos incluidos, desastres naturales, etc.), no están siendo observados desde una dimensión profética pero sin embargo en el imaginario popular, subyace una idea “desestructurada” que se manifiesta en la frase: “opata la mundo” que se expresa en sorna pero que tiene un contenido espiritual karape que se conecta con “algo” que está en el ambiente y cuyo pico de revelación tuvo dos registros recientes: 1- en el paso del 1999 al 2000 y 2- el calendario Maya con el presunto final de la historia en 2012.

Cuando cobardemente, fanáticos del islam masacraron a dibujantes y periodistas de Charlie Ebdo, mayoritariamente ateos o agnósticos, se generó un debate planetario y políticos europeos entre ellos David Cameron, dijeron que la humanidad tiene derecho a blasfemar (injuriar, ofender, maldecir). Aunque rechazaron el ataque criminal, hubo voces desde el mundo de la fe que plantearon que no estaba bien escarnecer las creencias.En un encuadre que tiene que ver con “centro y periferia” la muerte de 12 franceses alarmó al mundo. Sin embargo, la masacre reciente de 147 cristianos “periféricos” ciertamente sorprendió al planeta pero por donde se lo mire, es imposible comparar el grado de indignación producido por ambas masacres.


El arrebato de furia por la muerte de los franceses tiene su contraparte en una tímida exclamación por el  desatino que implicó la muerte de los 147creyentes cristianos. Y ahí viene el agregado de “torpes creyentes que leen un libro terminado de escribir hace 2 mil años” y comentarios del tipo “como que de nada les sirvió su fe” y cosas así.No se dice que a los franceses “de nada les sirvió su agnosticismo o su ateísmo” y si se dijera, se interpretaría como una ofensa a su libertad de creer o no, como mínimo.


El intendente sanlorenzano dijo en estos días que el incendio del mercado fue una decisión de lo Alto que había que acatar. Expresiones similares y casi coincidentes en el tiempo, surgieron en el norte del país mientras vientos huracanados tumbaban árboles, casas, torres de electricidad y causaban destrozos y muerte.


Quienes escucharon el audio captado por un celular de uno de los pasajeros del avión cuyo copiloto lo precipito a tierra deliberadamente en Francia, percibieron desesperadas expresiones de clamor a Dios. Claro, es un hecho diferente pero lo que intento señalar es que hay un contexto que ha sido claramente descripto en el “libro terminado de escribir hace 2 mil años” justamente para advertirnos de hechos de estas características que van a suceder.


Una cosa es que arrastrado por una depresión y amargura una persona ponga fin a su vida. Pero, lo que estamos viendo es que ya no basta con acabar con su vida sino que se apunta a arrastrar a todo el pasaje de un avión comercial o a acabar con todos los que están en un colegio o en un cine y disparar contra todos a mansalva. Esta anunciado que aumentara la maldad y el amor de muchos se enfriara.


No son sucesos inconsecuentes, independientes desconectados de hechos que presagian los acontecimientos específicos que en las próximas décadas van a transformar todo aquello que nos es familiar. Vale decir, terremotos, persecuciones, inundaciones, hambre, peste, son señales de cosas que se van a producir y fueron anunciadas.


Tienen un propósito que también fue anunciado miles de años atrás. Reflexionar sobre lo que estamos haciendo, corregir rumbos y ponernos a cuentas (Isaías 1: 17, 18)Esa comunión interior y con el Creador debe producirse antes de que quien antes vino como Salvador, vuelva pero con un oficio diferente; como Juez que viene a dictar sentencia: Culpable o inocente. En principio, todos somos culpables pero hasta ahora, se nos ha dado la opción de aceptar al Salvador y ser justificados, es decir ser considerados justos y por ende, salvados.


La enorme ventaja que tenemos hasta ahora es la de decidir nosotros mismos, ser inocentes o culpables.


Luego, será tarde.