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Desde un
principio se instalaron en nosotros dos sensaciones en torno a la construcción del
nuevo Hospital de Clínicas con calidad japonesa al servicio de paraguayos:
1- Es un privilegio que los paraguayos
de menores recursos tengan acceso a la más alta tecnología hospitalaria.
2- ¿Será que lograremos ajustar las conductas de
los usuarios del hospital al nivel de respeto y compromiso que el privilegio de
una atención tecnológicamente moderna necesita como contrapartida?
Hoy notamos
el enorme esfuerzo que los administradores del Hospital deben realizar para que
la grifería no sea saqueada, estropeada y poner freno a la apropiación indebida
de bienes que son públicos, por parte de los internos.
Es un
proceso que requiere de paciencia y perseverancia en una sociedad en la que el
concepto de “lo público” no se comprende correctamente.
En efecto, se considera
que “lo público” es del que momentáneamente se encuentra en el poder y cree que
tiene derecho a robarlo.Pero además
se interpreta que “lo público” no le pertenece a nadie en particular y entonces
uno puede apropiarse sin problemas.
Ocurre con las hamacas de las plazas que
son llevadas a casas de vecinos que entienden que como la hamaca “no es de
nadie, yo traje a casa”.Así parece
que ocurre con los grifos de los lavabos del nuevo Hospital de Clínicas o con
las chatas y palanganas, por ejemplo.
Por eso, la amable sugerencia de LA
JEFATURA, de no sacar las griferías ni
llevar los útiles hospitalarios que son para el uso de todos los internos.
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