miércoles, agosto 20, 2014

Padre hay uno sólo


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“Papa tengo que hacer una investigación sobre glucemia”, me alegré cuando mi hija, estudiante de los últimos años de química, me comentó su proyecto. “Muy bien, necesito una muestra de tu sangre”. Lo cierto es que al promediar mi caminata mañanera me senté en el jardín y entre el trinar de aves canoras, 2,5 centímetros cúbicos de mi sangre, irremediablemente fluyeron por una jeringa, con rumbo final a un oscuro laboratorio académico.

Un tierno chorrito de mi existencia, sin decirme adiós y en nombre de la ciencia, era secuestrado. Y sin embargo sonreí cuando pensé que ese pedacito agradecido de mi glucemia iba con su llenura placentera tras el asado del domingo que aun sustentaba su lozanía.
Mientras todo acontecía en este primaveral invierno paraguayo en que las hojas no caen sino que florecen las flores, mi hija me preguntó si me había dolido el pinchazo. Por toda respuesta le indiqué que me pasara el celular para obtener una instantánea de aquel momento y pensé que la otra verdad de la existencia terrenal, que no se suele decir, es que Padre hay un solo. Porque digamos las cosas como son: mi hija no le pidió a su madre que fuera su conejillo de indias, no.
Pero, sin ir más lejos, con nostalgia pienso en mi pequeña porción de glucemia que vive sus últimos momentos luego de acompañarme durante tanto tiempo en este duro trajinar. Debe sentirse orgullosa del servicio que me ha prestado y sobre todo por inmolarse desinteresadamente en aras del conocimiento científico.
Todos sabemos que ese pedacito de dulzura mía, tal vez permita algún descubrimiento enorme para la solución de problemas sanitarios de la humanidad y sin embargo nadie la va a mencionar porque dada su característica humildad, ha perdido su identidad.

Sin embargo, desde la distancia y mientras aun esta con vida, le hago este reconocimiento público por su fidelidad y por haber contribuido con su glucosa a endulzarme mi existencia.
Gracias, muchas gracias a ese pedacito de mi preciosura que hoy se fue para nunca mas volver.

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