Miguel Montes Neiro y sus hijas (Foto: el mundo.es)
Los medios han dejado de contar historias pero de tanto en tanto nos llega una que nos conmueve, como la de Miguel Montes Neiro, un malagueño que permaneció 36 años en la cárcel y nunca mató a nadie sino que debe su particular prolongado encierro a negarse a hacer el servicio militar primero y a una cadena de fugas e intentos de escape y robos menores que hizo en esos tiempos de libertad tramada.
Fue indultado por la justicia española que quedó agobiada luego de que en Europa fueran liberadas personas que estuvieron envueltas en crímenes atroces porque no pudieron hallar las pruebas incriminatorias. Montes Neiro no es un criminal sino que un atorrante de primer nivel.
Una Justicia no puede llamarse así por encerrar 36 años a un díscolo, indisciplinado, travieso, enredador y escapista por más rebelde que resulte cuando sabemos que hay criminales que están mucho menos tiempo entre rejas.
El feliz indultado dice que vivirá de moldear el barro y vender arte y de “lo que Dios tenga para mí que algo bueno tendrá porque no soy un bicho”.
Fue indultado por la justicia española que quedó agobiada luego de que en Europa fueran liberadas personas que estuvieron envueltas en crímenes atroces porque no pudieron hallar las pruebas incriminatorias. Montes Neiro no es un criminal sino que un atorrante de primer nivel.
Una Justicia no puede llamarse así por encerrar 36 años a un díscolo, indisciplinado, travieso, enredador y escapista por más rebelde que resulte cuando sabemos que hay criminales que están mucho menos tiempo entre rejas.
El feliz indultado dice que vivirá de moldear el barro y vender arte y de “lo que Dios tenga para mí que algo bueno tendrá porque no soy un bicho”.
Dios es el primer ceramista del que se tengan registros. Moldeó en barro su obra maestra y seguro, tiene tareas y enseñanzas para quien confía en Él.
Montes Neiro es diferente a Crescenciano Irala Gómez, 51, preso indultado por el gobierno paraguayo que luego de 10 años de cárcel. Hace unas semanas recuperó su libertad por buen comportamiento tras las rejas y acaba de asesinar de 26 puñaladas a su mujer para luego suicidarse él.
De ese tremendo acto, emergen 7 huérfanos que deben enfrentar la vida a partir de tan traumática experiencia.
Montes Neiro es diferente a Crescenciano Irala Gómez, 51, preso indultado por el gobierno paraguayo que luego de 10 años de cárcel. Hace unas semanas recuperó su libertad por buen comportamiento tras las rejas y acaba de asesinar de 26 puñaladas a su mujer para luego suicidarse él.
De ese tremendo acto, emergen 7 huérfanos que deben enfrentar la vida a partir de tan traumática experiencia.
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