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senadores considerados encubridores de corrupción, tienen la entrada bloqueada
a más de 100 restaurantes y locales comerciales como parte de una protesta cívica
causada por su complicidad con la corrupción de su colega Víctor Bogado. La ciudadanía
aplaudió el gesto del sector gastronómico. Casi simultáneamente 8 padres de
alumnos del Colegio Parroquial “Padre Bruno Otte” de Salto del Guairá, fueron
convocados por la dirección de la institución donde se les comunicó que sus
hijos ya no seguirán ahí el próximo año lectivo.
La causal
del bloqueo es que los chicos asistieron a la fiesta de las Brujas (Halloween)
que en opinión del colegio es una exaltación al diablo, gesto incompatible con
la fe que guía los principios del colegio. Muchos de los que aplaudieron el
castigo a los senadores, cuestionaron esta vez el castigo a lo que la institución
religiosa ve como discordante con sus principios.
O sea, por
razones de principios los restaurantes y el colegio, manifiestan reservarse el
derecho de admisión. La pregunta es si no hay doble moral en quienes aprueban
el castigo de los restaurantes pero desaprueban el del colegio. Mi percepción es
que deberíamos ser consecuentes con los principios de las personas y las
instituciones.
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