La Secretaría de la Función Pública presentó una denuncia penal contra la diputada Blanca Duarte Frutos (foto) al tener pruebas de que había creado cargos no solicitados en la Aduana y otras instituciones, presuntamente como parte de un esquema clásico de hacer política en Paraguay en base al prebendarismo, el amiguismo: cargos para los correligionarios y "que te pague el Estado", vale decir el contribuyente.
Si la Fiscalía –ojalá sea así-considera que hay méritos para imputar a la diputada por tráfico de influencias estamos ante una situación histórica que puede frenar ese estilo clientelista de hacer política en Paraguay.
Creará las condiciones para la instauración en Paraguay de un nuevo modo ya que en ese caso, los políticos que pugnan por cargos electorales en vez de prometer cargos van a tener que convencer al electorado con planes, propuestas y proyectos viables y creíbles.
En defensa de su actitud clientelista, la diputada Duarte Frutos declaró a los medios que no es delito lo que ella cometió y que lo que hace es dar cargos a personas que necesitan y ella no va a cambiar porque se debe a la gente.
Amor al prójimo correligionario, no al prójimo disidente
Es decir, le dio un enfoque misericordioso a lo que es clientelismo. Para ella, la imposición de cargos no solicitados e inflar el gasto público para encumbrar su figura política a costa del erario público es un acto solidario, una manifestación de amor al prójimo, el ejercicio de piedad, altruismo, magnanimidad.
Sabemos que no es una Teresa de Calcuta de la política aunque toma un discurso en el que se pinta más o menos así.
La ciudadanía debe presionar para que los fiscales imputen a la diputada y promovamos el cambio de las prácticas políticas corruptas.
Es hora de que eso ocurra.
el infierno esta lleno de ayudas al prójimos....
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