martes, julio 08, 2014

El rio entró en "orsai"

La tristeza del futbol en el barrio. (clic sobre la foto para ampliarla)

No. La defensa no hacía agua porque estaba lista para contener al puntero que suele arrancar desde atrás con pelota dominada y el arquero atento al centro traicionero que el cabeceador espera sobre el área chica. El problema es que el partido fue suspendido porque el rio se salió de madre y reclamó protagonismo en pleno mundial y viene avanzando sobre el área rival.
Los perros acostumbrados a la algarabía de sus amos, se deprimen a la vera del agua que les irrita porque impide a sus dueños correr, saltar y patear. El Rio Paraguay a la altura de Santísima Trinidad, ha avanzado kilómetros en territorio anegadizo que poblaciones marginales le disputan al cauce.
El futbol debe esperar. Los músculos se agitan y contraen en apuradas mudanzas y las gambetas no son para eludir rivales sino esquivar aguas profundas y salvar colchones, cocinas y efectos personales. La pelota llora su angustia mientras los “tres palos” andan a los caños. Y si el problema dura, un pelotazo al poste podría descubrir que abajo, las aguas han hecho daño y el óxido debilitó las estructuras.

Algún herrero futbolista acudirá después a dar la soldadura de refuerzo y algún albañil que vive por ahí, le echará una mano a la cal que el agua desdibuja donde está el área penal. El vendaval traidor, cruel y antifutbol, acalla por ahora las gargantas y los equipos, solo se juntan para comentar las ultimas jugadas, recordar el pisotón, de aquella entrada por la izquierda y el centro que vino a rastrón que el centro delantero se comió por un mal pique en el último minuto y fue empate que al otro equipo coronó como campeón.

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