miércoles, julio 16, 2014

Multiplicar Perlitas


La nuestra es una sociedad azotada por la corrupción. Un alto porcentaje de millonarios en el Paraguay –no todos porque hay gente que ha trabajado honestamente e invertido inteligentemente- no podría justificar su patrimonio. Muchos de esos millonarios provienen de la política y de un entorno empresarial que se ha beneficiado de licitaciones, acuerdos y pactos a partir de sus contactos políticos.

Curiosamente, los grandes personajes que se alzaron con millonarios botines, no son objeto de investigación judicial porque a la sombra de sus actos, han logrado un poder económico que les permite pagarse un escudo de seguridad. 
Pero entonces, nuestra sociedad apenas está en condiciones de perseguir y enlazar a quienes se sitúan en escalones más bajos de esa escalinata corrupta.
En estas semanas, la justicia que apenas puede ocuparse de ese nivel inferior, sometió a juicio a la hija de una parlamentaria, hallada en “off side” y el resultado es que se aprobó un plan de devolución del dinero escamoteado al erario público y de paso una sanción moral consistente en trabajo social.

Albricias!
Mi primer pensamiento al escuchar la información mientras iba en el auto, fue: Si en Paraguay, todos los corruptos devolvieran los bienes de los que ilícitamente se apropiaron -no solo dinero sino que tierras y ptras propiedades- y además los viéramos a todos destinando parte de su tiempo a obras nobles, solidarias, habría una exaltación del sentido de  fraternidad que cambiaría absolutamente la faz y el perfil de nuestra sociedad.
Tendríamos además recursos para corregir urgentemente aspectos que hoy están postergados porque no hay dinero para llevarlos a cabo pero, fundamentalmente, flotaría sobre la sociedad, una reflexión sobre la absoluta viabilidad de corregir rumbos de nuestros comportamientos para bien, para edificar una comunidad poderosa en términos éticos.
Se me gravó en la mente el concepto de que “necesitamos multiplicar Perlitas”. El país necesita más gente que devuelve dinero que no le pertenece.
Sorprendentemente sin embargo, luego me encuentro en las redes sociales con llamaradas de ira incontenible incendiando los debates. Había gente a un paso de pedir pena de muerte para Perlita. En esa instancia de confrontar la opinión de los demás con la mía, llegue a plantearme si yo estaba tan equivocado o no.
Me encontré con que una casa de refugio infantil, con necesidad de dinero para pagar el almuerzo de los refugiados, estaba rechazando el capital que precisamente por decisión judicial debía ser devuelto para darle honra a su destino. Y esa era la forma de blanquear la plata con el beneplacito del Estado paraguayo.
Estoy diciendo que si en poder de Perlita ese dinero era ilícito, convertido en almuerzo de niños se reconciliaba con la pureza propósitos y pasaba a ser dinero santo p or decirlo de un modo contundente. Y sin embargo estaba siendo rechazado un recurso destinado a armonizarse con el tipo de sociedad que siempre quisimos.
A mí me parece acertado que la justicia haya decidido una suerte de lavado de dinero (suena fuerte pero destaco el espíritu positivo con el que se decidió) legalmente establecido, éticamente correcto, pudorosamente encaminado. En suma, un acto bien hecho, altamente positivo para lo que buscamos y deseamos.

El contexto historico
Por mi vida de periodista de cobertura durante décadas, he visto pasar actos tremendos de corrupción en mi país, mucho más que cualquiera. Nunca me hubiera imaginado que pudiéramos transitar un camino inverso a la fuga de dinero hacia objetivos deshonestos. Hubiera deseado en mi carrera de comunicador, algún día, titular una información: “Devuelven dinero del que se apropiaron irregularmente”, en vez de titularla: “Se apropian de dinero público para enriquecimiento ilícito”.
Hoy lo puedo hacer en este blog. Y declaro, seré ingenuo contradiciendo la opinión general de la gente, pero sigo pensando que al país le ira mejor si logramos multiplicar Perlitas. Esta bien que devuelva el dinero y no me parece justo que pretendamos cargar sobre ella, todo el peso de nuestro enojo por los muchos actos irregulares que lastiman a nuestra sociedad. 
Que pase el siguiente.



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