domingo, mayo 01, 2016

Si un sacerdote abusa de tu hijo...

… y le dice que no cuente lo que pasó. Y si tu hijo que a su edad aún no tiene desarrollado el discernimiento, alarmado ante la autoridad que representa su líder espiritual, por temor o vergüenza calla; pero si en su entorno de amigos se conoce el hecho y va difundiéndose de a poco hasta que se convierte en escándalo.
Si en ese momento, la jerarquía eclesial del abusador entra en conversaciones con sus contactos de otros templos de la misma religión -tal vez en un país diferente- para que en un ¨marco de hermandad¨ sea posible refugiar al sacerdote pederasta en un santuario de lejanas comarcas y ejercer ahí, pese a todo, funciones sacerdotales.
Si un hecho como el que señalamos se repite en el Sur, en el Norte, en el Este y en el Oeste y llegan profusas informaciones al respecto. Y si se percibe que en todas partes funciona el ¨marco de hermandad¨ para evitar, atenuar o embozar el escándalo.
Si en vez de atacarse a fondo el problema que torpedea la base de flotación de la credibilidad de toda la institución de la que formas parte, cada vez al más alto nivel de la jerarquía se recurre al amparo de los abusadores a fin de defender la institución y no la verdad, no la justicia.
Si la estructura organizacional es usada para encubrir y comienza a tener sentido la advertencia de Jesús: ¨Guardaos de los falsos profetas, que vienen a vosotros con vestidos de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces¨ (Mateo 7:15). Si entiendes profundamente lo que ésto significa, en el sentido de que los lobos como animales de caza, atacan precisamente a los más débiles.
Si vos te das cuenta de que los más débiles son precisamente los niños como tu hijo y va cobrando más sentido la advertencia del apóstol Pablo: ¨Porque éstos son falsos apóstoles, obreros fraudulentos, que se disfrazan como apóstoles de Cristo. Y no es maravilla, porque el mismo Satanás se disfraza como ángel de luz. Así que, no es extraño si también sus ministros se disfrazan como ministros de justicia; cuyo fin será conforme a sus obras¨. (2 Corintios 11: 13,16)
Si percibes que la máxima autoridad de tu religión se lamenta por la caída del avión de pasajeros, se conduele con los afectados por el terremoto, pide justicia para los refugiados pero está sentado sobre un trono que tiembla sobre podredumbre.
Si relacionas todos estos planteos con la acusación de Jesús a los religiosos: ¨¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas!, porque sois semejantes a sepulcros blanqueados, que por fuera lucen hermosos, pero por dentro están llenos de huesos de muertos y de toda inmundicia¨ (Mateo 23:27).
Si esto está pasando en la institución religiosa en la que esperas que Dios escuche tus ruegos y derrame generosas bendiciones sobre vos, tu casa, tu comunidad, tu país; es tiempo de que leas, reflexiones y con sabiduría e inteligencia actúes según esta advertencia apocalíptica: ¨Salid de ella, pueblo mío, para que no seáis participantes de sus pecados, y que no recibáis de sus plagas¨. (Apocalipsis 18:4)
En vez de bendiciones, dice la Palabra de Dios, recibirás plagas, calamidades porque vas a ser cómplice, participante de sus pecados.

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