sábado, marzo 26, 2011

Teatro: Cuando el público ríe donde debería reflexionar

Escena en la que el proxeneta ofrece moro y oro a una mercadera, por su hija.

Tuve la ocasión de asistir a una representación teatral de la obra “Mercaderas” en Concepción y a pesar de ser una obra dramática el público se reía en momentos en que el mensaje era en realidad de un impacto conmovedor.

Para ser más exactos doy un ejemplo: Una de las protagonistas es una chica joven, hija de una mercadera, cuya madre la protege de los tentadores que en un ambiente promiscuo y de escasos valores éticos, se empecinan ofrecerle lujos y promesas con fines escabrosos.
Cuando aparece un proxeneta y le propone ingresarla a los vericuetos del “modelaje” que según él, la elevarán a un pedestal de fama y de prosperidad económica, la chica sueña con el éxito económico fácil que eso le puede reportar. El público se ríe.
El momento es propicio para la meditación y para cavilar sobre cómo una porción de la juventud paraguaya se pierde tras la gloria vana y el público se divierte con la escena. Es decir una reacción que nunca el autor pudo haberse propuesto.
Quien escribió la obra, intenta denunciar las manifestaciones del machismo, la vulgaridad que orienta la conducta de los jóvenes que apuntan más a “tener” que a “ser”, banalizaciones de la vida que hoy introducen factores de destrucción familiar y de pérdida de valores.
Donde uno espera reflexión profunda, sobreviene la risa. Créanme que dejé de mirar la obra para mirar al público, preocupado e inquieto.
Pero no sólo yo. Les comento que varias personas estábamos percibiendo el despiste anímico o el derrape conceptual, el error de juicio del público y al final de la obra coincidentemente hicimos una manifestación de sorpresa ante el hecho e incluso fuimos a preguntarle al director de la obra cómo veía esa situación.
También él expuso que en otras representaciones, en otras comunidades, se dieron situaciones así.
Estaba desconcertado y nosotros lo animamos a seguir y tal vez hacer antes de la representación de la obra, una explicación de la trama para que la gente esté más preparada para capturar el mensaje.
Alguien dijo que la gente relaciona teatro con comedia y va al teatro para divertirse y no para pensar, de modo que un llanto teatral, el público lo ve como una actuación.
Se fija en el gesto cómico que puede ofrecer un rostro lloroso y no repara en la causal del llanto actoral, no procesa el llanto en el contexto de la temática de la obra.
Si alguien tiene una mejor interpretación de lo que realmente acontece, pues que lo exponga.

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