Cuando las redes sociales liberan opinión pública de un modo masivo a raíz de un tema que moviliza la participación, produce un desconcierto porque cobra una dinámica caótica donde se mezclan simultáneamente manifestaciones emocionales, racionales y una tercera vía que puede incorporarse a una de las dos pero parece indefinida y tiene que ver con la sorna.
Este tema volvió a manifestarse hace dos días -ya aconteció otro caso a mediados del año pasado- luego de que en Twitter apareciera una mención a la presunta censura al guaraní por parte del jefe de prensa de Canal 9 Jorge Pizarro.
Tal como se planteó el tema, el argentino Pizarro prohibía el guaraní en los reportajes del canal y obligaba en todo caso a subtitular las expresiones en idioma autóctono.
La "imagen anímica"
En torno a la información de 140 caracteres -límite twiterico- se creó un estado de ánimo que ustedes pueden comprender de este modo: un extranjero viene a imponernos a los paraguayos pautas de expresión pretendiendo ignorar nuestros propios perfiles y estructuras culturales. Quien se cree. Describo simplemente el estado de ánimo generado en la red social como primer impacto.
Mientras todavía rodaba hacia abajo la bola de nieve, apareció una twitera @carmimassi elogiando la decisión por ser presuntamente conducente hacia una ruptura histórica con la pobreza y el rezago cultural paraguayo y remató con “basta de mandioca”.
Inmediatamente, la bronca que Pizarro estaba atrayendo como un pararrayos en tarde de tormenta eléctrica, cobró un giro radical y se orientó hacia Massi con una magnitud de tsunami. Vale decir, incontenible.
Se había instalado un sentimiento de ofensa nacional que se agravó inclusive cuando Massi, periodista de un programa radial, se abroqueló en su posición y lanzó otro twit señalando que lo que la gente estaba opinando de ella, se la pasaba por el trasero. Encendió aún más las pasiones y unos 3 mil comentarios colapsaron el time line.
Los medios reaccionaron a partir de lo que pasaba en Twitter y de inmediato surgió que la Policía investigaría la situación legal de Pizarro en Paraguay a fin de saber si trabajaba en Canal 9, estando como turista.
Explicación razonable
Lo que el periodista argentino explicó luego es bastante razonable. La señal de Canal 9 va a países vecinos y obviamente cuando hay entrevistas o programas en guaraní, es lógico que vayan con subtitulado en español.
Aconteció que Canal 9 no informó lo que haría y dejó vía libre al ejercicio a la ley no escrita de la comunicación: Si tu no dices lo que haces, otros vendrán a decir lo que tu no haces. Esto es más vigente a medida que se abordan temas sensibles para el público.
Deja otras varias lecciones todo esto pero por ahora simplemente queremos señalar que fenómenos como los acontecidos, son ensayos de movilización de opinión pública que en casos siguientes podrían pasar a la acción pública.
Las denominadas redes sociales ya son un factor fundamental de generación de opinión ciudadana.
Su fortaleza está creciendo a medida que el servicio de Internet se populariza y la eficiencia de su funcionamiento es notoria.
Del simple comentario “no estudié y tengo examen”, “Si Recanate tiene dengue no será hemorrágico sino verborrágico. Nueva cepa para que todo el mundo sepa”, la red “social” se puede convertir en red “actitudinal”, vale decir generar una acción pública, tal como los estudiosos señalan que se desencadenó en Egipto y produjo un hecho histórico.
De hecho, muchos políticos ya no dejan de leer lo que está instalándose en Twitter.
No hay comentarios:
Publicar un comentario