domingo, junio 12, 2011
El tractor de botellas
¿Dónde están esas manos que construyeron el tractor de botellas de desecho?
Cuando el hijo quiso un juguete y no había dinero, el “no se puede” no lo dieron como un hecho. 5 botellas de PVC y un cortaplumas, bastaron para garantizar la creación de tan genial invento.
La ansiedad y la ilusión del chico no fueron llevadas por el viento, sino el amor de un padre pudo tanto que al despertarse el niño encontró el tractor con que soñaba tanto.
No habría barriales con los que esas ruedas no pudieran. Y sonrió el pequeño, su corazón pleno de gozo. Imaginó remolques, transportes, mil viajes con empeño y disfrutó ahí mismo figurando quien sabe que aventuras.
Dio vuelta en derredor de ese prodigio. Evaluó la perfección de sus caladas ruedas que la magia de su padre y de su madre le fabricaron una noche en que cansado, lloró ante ellos pidiendo que mañana le dejaran descansar de tanto esfuerzo.
Niño: disfruta del juguete que te han hecho de las 5 mejores botellas que tu mismo haz rescatado de la calle que transitas cada día, armado de una bolsa plastillera a donde cargas cada botella que rejuntas y que papá y mamá las venderán al reciclador de los desechos y asegurarte tus derechos con los ingresos que él de carpintero y ella lavandera, complementan con tu precoz trabajo.
Niño: Sé como el tractor que ningún barrial detiene, quiera Dios ponerte en su camino en el que tu determinación y porfía no claudiquen.
Sabes que eres el motor de ese tractor. Inmenso, colosal producto, fruto de amor con cuya fuerza los “no se puede” se vuelven pavimento.
Es el sinuoso y largo camino que tienes ante ti y que se pierde allá en el horizonte en donde entra el sol, en el poniente y salen las estrellas de esperanza.
Se valiente.
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