Foto: Eli Marsá (Haga clic sobre la foto, para ampliarla)
A veces los gobernantes piensan en
grandes obras, extraordinarios emprendimientos públicos para impactar con sus discursos y estimular esperanzas. A lo mejor sin levantar tan alto sus sueños, lo que necesitan es levantar la
mirada para ver que al mástil principal del Palacio de Gobierno le falta por
lo menos dos manos de pintura pero previamente, un buen tratamiento anti óxido.
No es bueno que los turistas que
frecuentemente se fotografían en ese lugar lleven un recuerdo de la despreocupación
palaciega, la pereza, la incuria, la dejadez.
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