lunes, abril 15, 2013

Aprendamos a administrar el exito económico

Con un crecimiento probable del orden del 13% en el 2013, el Paraguay se situaría este año entre los países con mejor desempeño económico del planeta. Este panorama nada tiene que ver con el cuadro político del país, atosigado por denuncias de un gasto público irresponsable en el período preelectoral y una administración general manipulada desde los intereses de los sectores políticos dominantes a favor de sus propósitos específicos.
Pero entonces, si el éxito económico que se vaticina no tiene sustento en una gestión política visionaria y eficiente ¿en qué estriba el cuadro alentador que se describe en los medios?
Aparecen diversos factores entre los que se citan las condiciones propicias para la producción agropecuaria por una temporada lluviosa bastante equilibrada que ha impulsado cosechas extraordinarias, el mejoramiento de las condiciones de navegabilidad del Rio Paraguay, principal ducto de salida de las exportaciones y la eliminación de sanciones para la venta de carne al mercado internacional.
Asimismo, la ubicación geográfica privilegiada de Paraguay en el centro del Mercosur y la población joven en edad de trabajar –mano de obra disponible- está atrayendo inversiones importantes.
(A continuacion, los ultimos titulares de los diarios sobre el panorama economico)

Sin embargo, los analistas no se dejan obnubilar por el cuadro positivo debido a que advierten que la estructura política, la mentalildad dominante entre los gobernantes no está preparada para administrar la nueva realidad y obtener el máximo provecho en beneficio de las mayorías.
Báiscamente lo que advierten es que el Paraguay no está en condiciones adecuadas de administrar su propio éxito lo que se  constituye en una amenaza de dilapidación de una magnifica oportunidad de capitalizar la bonanza y relanzar al país hacia metas ambiciosas.

Con la construcción de Itaipú, la represa más grande del mundo, ya nos pasó que las condiciones propicias fueron dilapidadas por falta de visión y capacidad para administrar ese momento exitoso en términos de ocupación, ingreso de divisas y perspectivas de correcta orientación de la economía.
Urge que los sectores pensantes de la República se manifiesten y contribuyan a crear una masa crítica orientada a que no nos ocurra de nuevo que el tren del desarrollo pase de largo por nuestra estación.


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