¿Finalmente qué son Avanza País, Encuentro Nacional, Patria Querida, UNACE, en la política paraguaya? Son fenómenos positivos pero coyunturales que la ciudadanía exalta en un momento de bronca contra la traición de dirigentes políticos en los que depositaron su confianza y no honraron su compromiso.
Esas manifestaciones sustentadas en un fuerte estado de
ánimo ciudadano, si no logran solidificarse en torno a un proyecto compacto,
ideológicamente definido y con iniciativas programáticas viables que logren
entusiasmar a la multitud que aguarda nuevas vías, son como cohetes que se lanzan y vuelven sin
el impulso necesario para entrar en órbita.
¿Tienen posibilidades de éxito? Fernando Lugo es
probablemente hasta ahora, el más exitoso ejemplo de esos movimientos que nacen
del hartazgo ciudadano. Lo que pasa es que los partidos tradicionales de
derecha, no estaban dispuestos a aceptar el éxito de alguien surgido de la
izquierda.
Le cortaron el camino simplemente porque tenían mayoría
parlamentaria y encontraron la complicidad de UNACE y Patria Querida que ahora
recibieron como pago, el olvido, la indiferencia popular en las urnas.
Le quedó claro a la ciudadanía que –PQ y UNACE- en vez de
constituirse en opciones válidas de “tercera fuerza” capaces de actuar como el futbolista
suplente de buen nivel que amenaza al titular y lo obliga a poner el máximo
empeño; ambas nucleaciones se limitaron a sobrevivir en base a componendas y
acomodamientos, negociando cuotas de poder y se convirtieron en un fin en sí
mismos y no una opción para las mayorías.
Se los vio como una carga para la ciudadanía más que una alternativa
de solución y así les fue. Las urnas dieron su veredicto y surgieron de ahí
como figuras inexpresivas como ya lo dijimos antes, absolutamente
prescindibles, inservibles.
Pero la nación precisa de una tercera fuerza. Necesitamos de
otros jugadores que sean como suplentes de lujo que esperan la oportunidad de
entrar y hacernos ganar los partidos porque no estamos satisfechos con lo que
hacen los partidos tradicionales y queremos que haya presión de una oposición
madura, sabia y con vocación de poder.
Este es tiempo de reflexión pero pronto, habrá que pensar en
recomponer sobre las lecciones aprendidas, proyectos viables en los términos
que aquí hemos expuesto.Por el bien del país.
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