En un lejano país, las circunstancias preelectorales se presentaban reñidas y el partido gobernante empezó a crear nuevos cargos públicos para empleo de correligionarios.
Como se habían agotado
los espacios para el reclutamiento de electores asalariados, la inagotable
creatividad partidaria propuso dar un paso que lograra 2 objetivos: 1- crear
una plataforma para la generación de nuevos cargos públicos y, 2- utilizar esa
situación para promover una positiva sensación de superación que estimulara el
orgullo nacional, capitalizable con más votos.
Como se acercaba el tiempo eleccionario,
sus propulsores aceleradamente prepararon un proyecto de ley de creación de la
Agencia Aeroespacial y Astronáutica (AAA) con el propósito de diseñar las
políticas públicas en la materia.
A fin de garantizar la
operabilidad institucional de la AAA, el proyecto contempla la urgente creación del
Consejo Nacional Aeroespacial de 9 miembros titulares y 6 suplentes. La propuesta
establece que la instancia contará con una dependencia administrativa que
será llenada con una gerencia, una subgerencia con sus respectivas secretarías,
dos asistentes y personal de guardia y de limpieza, así como 2 choferes. En
total 25 funcionarios.
Asimismo, se propuso la creación del
Departamento de Monitoreo de Aerolitos, Asteroides y Afines con el cometido de
prever el ingreso a la atmosfera de rocas interestelares que podrían impactar
zonas del territorio patrio.
El Departamento contará con un equipo de 4
observadores, 3 técnicos que se dedicarán al cuidado de los equipos de
observación y otros 3 cargos para un especialista en aerolitos, otro
especialista en asteroides y un tercero con una licenciatura en estrellas
fugaces. El equipo se completaría con una secretaría, un ujier y un asistente técnico.
En total 13 funcionarios.
El tercer eje del proyecto consiste en la
creación de la División de Reclutamiento y Entrenamiento de Astronautas. Su obligación
será la elaboración del perfil psicofísico de todos los aspirantes a vuelos
espaciales que deberán ser naturales del país.
Esta división será dirigida por un Secretario
General, secundado por un Subsecretario y una secretaria para cada uno.
Asimismo contará con un equipo médico de 3 integrantes y otro equipo de
entrenadores conformado igualmente por tres especialistas, mas 17 reclutadores,
uno por cada Departamento de la República, más un departamento administrativo
de 5 personas. En total 32 funcionarios.
Inicialmente tales eran los tres ejes del
proyecto pero ante la avidez de nuevos cargos por parte de los fanáticos del
partido gobernante, se decidió incorporar al plan la creación del Instituto Investigador de
Vida Extraterrestre como una dependencia directa del Consejo Nacional
Aeroespacial.
La idea era que se contrataran operadores políticos que como
responsabilidad adicional, recogerían informaciones de correligionarios y no
correligionarios que pudieran haber tenido contactos del tercer tipo, vale
decir con ETs que hayan estado en el país.
No estaba bien determinado el contexto corporativo
de este instituto pero por la amplitud de la distribución geográfica de los
trabajos de campo, se pidieron 50 funcionarios cuyos perfiles serían
presentados en una Adenda.
La edificación de la futura plataforma de
lanzamientos satelitales correría a cuenta del Ministerio de Construcciones
Civiles cuyo titular ya se encargaría de organizar la palada inicial de la obra
que posteriormente sería habilitada provisionalmente.
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