miércoles, octubre 22, 2014

Aglomeración de sucesos y la sociedad paranoica




Se está dando un fenómeno en nuestra sociedad que genera innecesariamente reproches intersectoriales y manifestaciones paranoicas entre quienes están creyendo que la aparición desordenada de acontecimientos noticiosos de gran impacto, responde a un plan cerebrado, ideado maquiavélicamente para destronar temas sin un mínimo respeto a quienes hacen ingentes esfuerzos por posicionar sus casos,  en la cumbre de la atención pública.

Por ejemplo, se dijo en su momento que el escándalo que envolvió al Senador Galaverna fue para desviar la atención de los problemas generados por la inundación. En estos días, llego a decirse que las críticas al Pastor Emilio Abreu, fueron utilizadas para desviar la atención del escándalo que envuelve al diputado Ibáñez.
Pero cuando la atención estaba centrada sobre el pago del diezmo, el viaje de Abreu a Europa y si tiene o no comunión con lo Alto, se produjo el asesinato de un periodista y ese tema acaparó la atención de la ciudadanía por encima de cualquier otro. Sin embargo cuando se preparaban más marchas para reclamar justicia, apareció la información del hallazgo de petróleo en el Chaco.
Ese anuncio despertó el reproche generalizado de quienes denunciaron que se trataba de una patraña para desviar la atención de nada menos que el asesinato de un periodista y “quitar la atención pública de la narcopolítica y su influencia perversa”. Es que la gente en medio de sus problemas económicos, se centró en la perspectiva de un futuro promisorio para nuestra economía. Nos estábamos graduando de país petrolero con todos los beneficios que ello implica.

Pero ocurre que el triunfo de Cerro Porteño, anoche en Buenos Aires, quitó el foco del hallazgo petrolero para reorientarlo hacia el futbol, lo que no hizo ninguna gracia a los economistas y mucho menos a Federico Franco que estaba recordando que ya había anunciado durante su gobierno el inminente hallazgo de reservas de hidrocarburos bajo el suelo en el que murieron 30 mil paraguayos y le dio una lectura patriótica en la que unió la guerra con los Bolivianos y el anuncio del descubrimiento petrolero.
Sin embargo, eso duró muy poco. Cuando los cerristas estaban tratando de mantener en el pináculo de la atención pública su clasificación a la siguiente ronda, vean ustedes que los del EPP que ahora se sospecha, son olimpistas, desviaron la atención con otro motivo de celebración: la prueba de vida de dos jóvenes secuestrados. Y entonces saltaron las protestas de los que quieren rescatar el protagonismo del asesinato del periodista y la perversidad de la narcopolitica y arremetieron contra el EPP. Quedó como que la prueba de vida de Arlan y el policía, era inoportuna pues desviaba la atención.
Evidentemente hay un congestionamiento temático que no responde a un calendario más democrático en el sentido de que su estructuración sea el resultado de la participación igualitaria entre los distintos sectores interesados, de modo que los temas de atención pública tengan un comportamiento secuencial previsible sin producir la aglomeración de asuntos capitales, el embotellamiento temático que hoy divide a la opinión pública.

Episodios paranoides
Pero hay un hecho de estudio para los sociólogos y expertos en el comportamiento social. Hay una presencia reiterada de episodios paranoides. Unos sospechan de otros, ven signos de agresión y deslealtad de los demás. 
Unos creen que son traicionados por otros y en ese contexto acomplejado y desordenado, se da el caso de que en medio de los festejos del triunfo azulgrana, murió un hincha cuya vida tiene el mismo valor que la del periodista, pero su caso quedado ninguneado y su muerte ha subsistido apenas como un eco que se diluye muy pronto y que si no hay sectores que griten esa muerte, pasara al olvido como un hecho sin importancia.
Analicemos, reflexionemos, no nos olvidemos de nada. Cuidémonos, unos a otros. Salgamos adelante.

No hay comentarios:

Publicar un comentario