viernes, octubre 03, 2014

El síndrome de Estocolmo

Aclaro de entrada que no estoy diciendo que esto se ha producido en el caso de Arlan Fick, el muchacho secuestrado por el EPP, sino que es atinado considerar el tema ¿Es posible que una víctima de secuestro pueda llegar a simpatizar con quienes le han birlado la libertad? En estos días se comentó que habrían visto al chico vestido con la ropa del EPP, lo que bien puede ser una consecuencia de la falta de opciones. Se pone la ropa que le dan.

Los psicólogos han estado estudiando ciertos síntomas que se producen en algunas personas en cautiverio y bajo presión enemiga y atemorizante. En Estocolmo, Suecia, en 1973 se produjo un caso sorprendente cuando una banda de asaltantes de un banco, tomo como rehenes a tres mujeres y un varón durante seis días.
Curiosamente, una de las mujeres retenidas se resistió al rescate. Más que eso, se negó a declarar en contra de sus captores. Pero todavía más, un fotógrafo, llego a captar el momento en que besaba a uno de sus secuestradores. Los que analizaron la sucesión de hechos sorprendentes, encontraron que se trataba de una estrategia involuntaria de supervivencia que la víctima desarrolló a fin de no alterar el estado de animo de su captor y por esa vía evitar la agresión.
A esa manifestación del instinto de conservación, y por el cuadro de situación y lugar, se llamó “síndrome de Estocolmo”. Sin embargo, a raíz de esa experiencia, se analizaron otros casos similares, algunos de ellos muy notorios en que la víctima término encarando un vínculo afectivo con su captor y la anécdota más famosa es la de Patty Hearst, nieta del magnate estadounidense de las comunicaciones, William Randolph Hearst.
En 1974 un grupo de rebeldes del Ejército de Liberación Simbionés, secuestró a la chica de 19 años de edad, con el fin de iniciar una guerra de guerrillas contra el gobierno de Estados Unidos y el sistema capitalista. Los guerrilleros incluyeron a la secuestrada en sus planes de ataque, al punto que Patricia Hearst participó en el robo de un banco de San Francisco.
Se habló de que estaba enamorada de uno de sus secuestradores. En 1975, tras un intento de robo fallido a un banco, el FBI detuvo a Hearst y a otros miembros de la guerrilla. La joven fue a juicio y condenada a siete años de prisión, pero fue indultada antes de cumplir toda la condena.
Otro sonado caso fue el de Natascha Kampusch, una joven austriaca secuestrada por un hombre cuando tenia diez anos y permanecio cautiva mas de 8 anos, hasta que logro escapar. Varias oportunidades de huir que tuvo antes, no las aprovecho por sufrir "sindrome de Estocolmo, una manifestacion que puede estribar en que:


1 -El secuestrado tiene sentimientos negativos hacia la policía o las autoridades.
2 -El secuestrado tiene sentimientos favorables hacia los captores.


 Penoso, pero puede ocurrir.

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