domingo, enero 23, 2011

El aporte ciudadano a la "mala onda"


La problemática de la “mala onda”, ese estado de ánimo de fastidio que domina el ambiente y que generalmente la gente atribuye sólo al gobierno, en realidad tiene una serie de componentes fuera del ámbito político y se entronca con la falta de respeto entre los propios ciudadanos. No consideramos que nuestros derechos tienen límites y van exactamente hasta donde empieza el derecho de los demás.

Sobre la calle Mariscal Estigarribia casi Constitución el otro día estaban baldeando el segundo piso y la que realizaba la tarea, sin miramientos, desagotaba el piso sobre la vereda sin importarle que estaba violando de ese modo un espacio destinado a los viandantes.
Si la gente que pasaba por abajo se mojaba, no le importaba a los de arriba. Los de abajo no importamos y nada más gráfico que lo que estaba pasando.
Las instituciones no funcionan del modo que querríamos para que una denuncia simple produzca un resultado ejemplificador, de modo que lo que hacemos es simplemente mascullar alguna decepción y seguir viaje, hasta que avancemos de tal modo que tengamos mejor noción de “lo público” y del respeto a los demás.

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