¿Quien leyó el cartel de no ingresar al Lago? (Foto:Ultima Hora)
La Ley no me defiende. La Ley sólo sirve para pasarme el
costo de las políticas de Estado. Al tacho la norma. Esta parece ser la
creciente actitud del ciudadano que desecha la regla y hace lo que le parece
sin importarle las consecuencias. El resultado final es el caos. Es fácil
entender –no hace falta siguiera saber leer y escribir- que disparar al aire es
criminal y sin embargo la gente dispara al aire y eso trae muerte. Paz Valentina de 3 años pagó con su vida la irresponsabilidad de un criminal anónimo.
Está claro que no es recomendable conducir una motocicleta
en estado alcohólico y sin embargo hay gente que conduce una motocicleta luego
de ingerir alcohol y no solo eso, carga en el biciclo a la esposa y los hijos y
los condena a la muerte o a mutilaciones horribles.
Es posible que incluso la esposa no esté alcoholizada, vale
decir, no haya perdido la percepción del riesgo que enfrenta al acompañar al
esposo borracho como pasajera y entonces, uno se pregunta cómo es posible que
estemos asumiendo actitudes fatídicas.
Seres infatuados nos están inundando. Gente envanecida que
cree que está por encima de las normas y muy por encima del riesgo de
lastimarse. “A mí eso no me va a pasar” ¿Lo cree usted?
75 muertos es el saldo de los festejos navideños en Paraguay
y en medio de tanto dolor, son los empresarios de
servicios fúnebres los que se frotan las manos. Y también los hospitales
y las farmacias.
Sólo en Emergencias Médicas unas 500 personas fueron
atendidas por dolencias diversas que van desde heridas en accidentes de
tránsito a intoxicaciones con bebidas y comidas.
De los 75 fallecidos, 26 eran motociclistas y muchos de
ellos no usaban cascos al momento de poner punto final a su vida terrenal. Las
normas son claras. Hay que usar cascos.
Las regulaciones fueron establecidas por consenso para
permitir una vida respetuosa de la propia vida y de la ajena. Estamos enviando
al tacho de basuras los consensos mínimos y los resultados son desalentadores.
“Prohibido fumar”, “No bañarse en el Lago”, “Use luz baja”, “El
alcohol hace daño a la salud” son cartelitos que están en todas partes pero muy
pocos los toman en consideración. Los resultados de ignorar advertencias, de no
respetar consensos son mortales.
Y se nos dice que esto es modernidad. Lo que realmente está
ocurriendo es que al no respetarse las normas, cunde la desconfianza entre los
paraguayos porque cada uno de nosotros no sabemos lo que podemos esperar del
otro. No existen parámetros morales que podamos compartir porque lo que yo
juzgo inapropiado, injusto, inconducente, para otros es lo que corresponde.
Soy hombre de fe. Creo en las escrituras y finalmente caigo
en la cuenta de que este cuadro que describo aquí está preanunciado,
profetizado en la Biblia porque así serán los tiempos postreros. Un
comportamiento social marcado por la desobediencia a las normas, el imperio de
la soberbia, la intemperancia, los deleites, la irresponsabilidad. Cito a continuación
pasajes de la profecía del Apostol Pablo en su segunda carta a Timoteo,
capítulo 3:
2También debes saber esto: que
en los postreros días vendrán tiempos peligrosos. 3 Porque habrá
hombres amadores de sí mismos, avaros, vanagloriosos, soberbios, blasfemos,
desobedientes, ingratos, impíos, 4 sin afecto natural,
implacables, calumniadores, intemperantes, crueles, aborrecedores de lo bueno, 5
traidores, impetuosos, infatuados, amadores de los deleites más que de
Dios.
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