miércoles, mayo 18, 2011

Bicentenario del Paraguay: Cuando la gente salió a la calle a divertirse

(Click en la foto para ampliarla)


Los políticos hablan y dicen lo que hay que hacer de un modo autoritario. En sus expresiones no hay espacios para la manifestación popular. En los medios hablan ellos y algunos empresarios y generalmente lo hacen en nombre de la gente. Por el Bicentenario, la gente salió a la calle y no habló. Se divirtió y mostró lo que hay que hacer. Interpretemos a la gente.

Interpretamos que lo que la gente mostró cuando el fin de semana salió a la calle, incluso bajo la lluvia, es que quiere disfrutar de lo que somos y lo que tenemos.
Cuando empezó el desfile militar no pensamos en ¿de qué nos sirve hoy el gasto en defensa?, sino que cuando vimos al Comandante de Desfile, un prócer de 102 años que combatió en el Chaco y que llevaba en el pecho menos condecoraciones que muchos militares que hicieron su carrera en tiempos de paz, empezamos a ver de otro modo a una institución que al final de cuentas en estos 200 años soportó el peso de dos guerras cuyas consecuencias hoy –bien o mal- las sufrimos o las disfrutamos.


El sentimiento..
Y nos emocionamos con eso y entendimos que hay razones para sentirnos identificados con nuestros símbolos porque hay gente que murió por ellos y por nosotros y que para exaltar el sacrificio de muchos, hoy nos toca hacer un abordaje de la vida nacional de un modo más patriótico, menos sectario y egoísta.
Y cuando fuimos al centro de Asunción para participar de las celebraciones y vimos el Panteón Nacional de los Héroes iluminado de un modo sensacional y otros edificios públicos luciendo tal como vemos que en otros países otras sociedades se esmeran en lucirlos, sentimos ese gozo que la belleza de las cosas bien hechas nos regala porque nos hace sentir bien.
Y disfrutamos porque la creatividad y la capacidad de hacer que tenemos por fin es ejercida y que bien que hayan desaparecido al menos para esta oportunidad aquellas mezquindades que nos escamotearon momentos felices.


Unidos en la foto
Y entonces, en medio de esa multitud abigarrada, hicimos lo que no nos animamos a hacer bajo condiciones normales. Ceder nuestras cámaras fotográficas a desconocidos que como nosotros también buscaban su propia instantánea, para que nos saquen la foto con nuestros seres queridos sin que falte ni uno de los nuestros.
Y nuestros fotógrafos ocasionales, luego nos daban sus cámaras para que nosotros los retratáramos con el fondo del Panteón o el Cabildo o el Banco de Fomento…y gustosos lo hacíamos y nos regalábamos sonrisas, salutaciones en medio del disfrute colectivo.
Era un encuentro entre desconocidos que por obra de un sentimiento que nos une, lo supimos convertir en un reencuentro de conocidos para celebrar y disfrutar y nos sentirnos cómodos entre todos.


Sensaciones positivas
Seguros estábamos, cuidándonos unos a otros. Los buenos estábamos ahí y éramos todos porque no había malos. Ellos habían desaparecido.
Y que hermosa la ciudad y que buena la gente y que buenos que somos y las luces estaban bien y que de artistas buenos existen y todos ellos actuando y se nos antojó bailar en la calle y eso se contagió.
Y el regodeo se hizo canción y coreamos a capella el himno como hinchas de nuestro propio disfrute. Cuantas “patria querida somos tu esperanza” resonaron en las noches asuncenas.
Se atizó la paz, el entendimiento. Se privilegió el encuentro en un contexto en el que los políticos propician el desencuentro porque en vez de pensar como nación, actúan como facción que busca el fracaso de la otra camarilla para encumbrarse sobre el fracaso ajeno y proponerse como la solución, mirando el calendario electoral.


Señores políticos:

Entiendan que les confiamos nuestros bienes así como hemos confiado nuestras cámaras y los demás nos confiaron las suyas.
No corran como caballos locos con los recursos que como nación ponemos en sus manos. Dejen de escamotearnos la alegría si el nuestro es un país en el que está visto que sabemos y podemos disfrutar.
Tomen nota de la lección que hemos contribuido a dejar con la celebración del Bicentenario para que se haga carne esa canción que cantamos varias veces…”abrazados como hermanos es más bello el Paraguay”.

2 comentarios:

  1. Me pregunto como se habria festejado el Bicentenario si aún estabamos bajo el regimen de la Dictadura?

    Es una lástima que no consegui estar en mi bendita tierra guarani, para divertirme tambièn.

    ResponderEliminar
  2. Te doy algunas referencias de cómo habría sido:

    1-El lema de la celebración hubiera sido "Bicentenario gracias al Único e Indiscutido Líder de todos los Paraguayos"

    2- El Panteón Nacional de los Héroes, en vez de ser iluminado con los colores patrios, hubiera sido alumbrado con luces rojas "en homenaje a la ANR, un partido de hombres libres"

    3- El Himno al Bicentenario exaltaría el nombre del Señor Presidente de la República y Comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas de la Nación, General de Ejércido Don Alfredo Stroessner Matiauda, Primer Deportista del País"

    4- La concurrencia a los actos sería obligatoria para todos los funcionarios públicos pero igual nomás la participación hubiera sido escasa.

    5- El 1 de Mayo se iba a implantar el "Estado de Sitio para garantizar la seguridad interna y detener a los eternos negadores de la realidad nacional"

    Y con esto creo que basta, no sea que nos argelemos todos recordando aquellas horas amarcas.

    ResponderEliminar