Hemos leído en varios medios una suerte de reproche al presidente electo por sus constantes viajes y el matutino abc color habló con cierto sarcasmo de “Lugo-tour” al anunciar el siguiente viaje que será a Bolivia, Ecuador y Argentina, tras su regreso de Corea donde entabló relaciones con grupos empresariales interesados en invertir en Paraguay.
Justamente lo que el presidente Lugo puede hacer antes de asumir, es establecer un nuevo modo de relacionamiento con socios y aliados en los frentes económico, cultural y solidario. No creemos que eso signifique turismo pasatista e improductivo.
Podrán decir que está demorando de más en completar su equipo de gobierno pero, eso es producto de la ansiedad de los medios más que producto de una supuesta necesidad operativa del equipo. El hecho de que se tome su tiempo en ese frente implica que está meditando profundamente y dejando enfriar las ansiedades de aliados que han presionado desde un principio en torno a los cargos principales.
No asumió aún e imposibilitado de tomar decisiones, hasta las reuniones que mantuvo con sectores sociales en conflicto han tenido un valor meramente enunciativo, insatisfactorio para quienes reclaman soluciones que Lugo evidentemente no tiene todavía condiciones de conceder.
Entonces, en un mundo globalizado y en el que los países cada vez son más interdependientes es oportuno que aproveche este momento para relanzar al país a un nuevo estilo de relacionamiento, divulgar los valores de su próximo mandato y establecer alianzas que más adelante serán necesarias y útiles.
Nos parece una de las mejores formas de utilizar este “tiempo muerto” de su presidencia por lo que disentimos con quienes se empecinan en cuestionar o desacreditar sus viajes
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