Brasil es futbolísticamente y en muchos otros aspectos potencia mundial. Con un envidiable historial de triunfos proyecta una imagen de superioridad y en términos futboleros gran parte de los años que llevamos en competencias internacionales, a los planeadores locales de estrategias no se les ocurrió sino pensar en cómo evitar goleadas o evitar perder. Ganarle al equipo brasileño no ha sido un objetivo trazado de un modo acostumbrado.
Tras el triunfo de gran repercusión internacional resurgió esa sensación de que se pueden alcanzar objetivos ambiciosos siempre que se apliquen principios que justamente el fútbol nos da una lección a tener en cuenta.
- Planeamiento
- Disciplina
- Espíritu de sacrificio
- Trabajo en equipo
- Mentalidad ganadora
- Pasión
Si nos ponemos a pensar más, encontraremos otros ingredientes pero básicamente hay aspectos intelectuales, físicos y emocionales que intervienen en los grandes logros y que dejan atrás el criollo espíritu entreguista y cobarde del “upeichante” (así nomás ya es suficiente; para qué tanto esfuerzo si nadie te va a reconocer; átale con un alambrecito nomás y dale una mano de pintura encima que nadie se va a dar cuenta; “non calentarum largum vivirum”).
Se dirá que esta selección brasileña vino sin muchas de sus estrellas pero ya ocurrió que en otras ocasiones se perdió ante selecciones débiles del Brasil y surgió el pretexto de que era Brasil o que el árbitro o que la altura. Y ahora ganamos con un jugador menos durante medio partido.
Pues que además de la alegría, rescatemos las lecciones del triunfo futbolístico para levantar la visión hacia objetivos más ambiciosos, en todos los ordenes de la vida nacional.
PRIMER AGREGADO
Las otras lecciones de la selección paraguaya
Tres días después del resonante triunfo sobre Brasil por 2-0 en las eliminatorias sudamericanas de fútbol hacia el Mundial de Sudáfrica 2010, la selección paraguaya cayó estrepitosamente 4-2 contra la de Bolivia en la altura (3.600 metros sobre el nivel del mar) de La Paz.
La derrota era absolutamente posible pero no del modo en que se produjo. Saltó a la vista que habían sido convocado jugadores que no estaban en su mejor momento, hubo una actitud ligeramente soberbia tras ganar a Brasil y afloraron vicios que las derrotas nos ayudan a descubrir.
Corresponde señalar que lo ideal es que el director técnico sea fiel a sus convicciones y no leal a sus amigos que presionan para incorporar sus jugadores porque quieren utilizar la Selección como escaparate para promocionar venta de sus jugadores. La selección debe convocar a los jugadores de mejor rendimiento en el momento y entender que hay una actitud que debe seguirse sin renunciamientos así se juegue ante el más encumbrado o el más modesto.
No debe haber lugar para caprichos y que los negocios colaterales del fútbol no se inmiscuyan en la competencia deportiva. La selección es de todos.
Aunque con un signo diferente esta vez, el fútbol volvió a dar una dura cachetada al upeichante.
Para seguir aprendiendo.
Que tal socio. Suele pasar luego que hablás bien de alguien y te sale el tiro por la culata. Está bien si que esto de sacar lecciones de los triunfos y de las derrotas pero pusiste la mano en el fuego por la selección y medio que te quemaste loco.
ResponderEliminarEl Chavo