viernes, septiembre 24, 2010
Se me cayó la primavera
Creé la infraestructura para instalar mi hamaca a fin de contemplarla siempre. Aunque no estuviera florecida, era un ecosistema propio con sus nidos de zorzales, colibríes, pitoguéses y ruiseñores. Era una fuente de luz y de paz esa planta de Santa Rita pero, su tronco endeble y mustio para tanta belleza, sucumbió al viento de la madrugada de ayer.
La contemple muriente hoy, aún tumbada sobre el pasto como pidiendo una última oportunidad de ser izada y atada al cocotero para emprender una nueva existencia así con discapacidad pero con promesas de generosa floración.
Lo pensé pero viviría yo atado, pendiente de sus propias ataduras de modo que le di mil gracias, me regaló un ramo sin hojas, sólo flores que puse en mi oficina y seré cobarde pero que sea el jardinero quien sufra, haciendo leña de la Santa Rita caída agonizante que ha dejado un hueco en mi patio difícil de llenar y en mi corazón, ni qué decir.
Gracias!
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Me hizo llorar, pobrecita!
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