Cuando te invitan a un casamiento de alto copete los oficiantes deberían amoldarse al nivel de la ceremonia. Claro, si el novio vistió en la mejor sastrería, la novia compite con cualquier estrella de Hollywood en la noche de los Oscar, uno espera que los oficiantes religiosos estén amoldados al nivel.
Sin embargo, no siempre ocurre tal cosa y en este caso el asistente del sacerdote casoriador, terminó el partido de fútbol en la canchita de la esquina, vino al templo se puso la sotana y llevó y trajo los instrumentos del ceremonial, luciendo un zapato deportivo. Es como ir con levita y en chancletas.
No pega, no cuadra y no tiene una explicación ni estética, religiosa, social ni económica válida.
La única explicación que nos podría hacer revisar este posteo es que el hombre tenía un multimillonario contrato con la marca alemana de zapatos tenis para un corto publicitario que filmaba para la campaña:
“Adidas, el calzado de la fe”
Este es un buen ejemplo de los tiempos y el lugar en que vivimos. El chico este fue con buenas ganas de ayudar en la celebracion matrimonial pero vos o no se quien mas no fueron capazes de valorar su buena aptitud sino criticar sus zapatos.
ResponderEliminarCuando descubri este sitio me gusto lo escrito al comienzo: "EL PARAGUAY SERA MEJOR EN LA MEDIDA EN QUE TODOS NOS MIREMOS A NOSOTROS MISMOS PARA DESCUBRIR DE CUANTA RESPONSABILIDAD -GRANDE O PEQUEÑA- DEBEMOS HACERNOS CARGO.
Mi amigo, estamos en Paraguay y suerte que el Monaguillo fue con zapatos!, y para vos: mira a la persona por dentro y no por fuera.
..."No pega, no cuadra y no tiene una explicación ni estética, religiosa, social ni económica válida".
ResponderEliminarVos si que sos el tipico paraguayo. Quien te autoriza a expresarte, casi imponer de tal manera?
Te recomiendo que salgas de Fernando De La Mora, vete a Che-iro Cue y notaras que estamos en otras epocas.
Pues a mí me parece supergracioso lo del monaguillo con championes. No sé qué hacen los demás discutiendo por algo tan inocente y tan obvio como la innegable dualidad de la sociedad paraguaya, donde coexisten grandes exaltaciones de la abundancia y la riqueza, con muestras evidentes de sencillez hiperdecente e hiperdigna. Yo amo Paraguay! Siempre se aprende algo al observar el día a día. Mis más sinceras felicitaciones al fotógrafo. Saludos.
ResponderEliminarAcepto las críticas. Pido disculpas a los que se ofendieron por lo que aquí publiqué y que no fue con el ánimo de mirar el árbol y no el bosque. Creanme que honestamente lo hice porque me pareció jocoso, un detalle curioso que ahora tuvo una especie de "replay" en el casamiento del Principe Guillermo y la Condesa Kate, cuando una monja fue con chamopiones "Rebook Clasic", rompiendo las rígidas formas de la más poderosa realeza.
ResponderEliminarPido disculpas y así también, con sinceridad pido desdramatizar el abordaje y entenderlo más bien por el lado de la anécdota.
Gracias