Estaba haciendo tomas de Asunción embanderada con motivo de las fiestas del 15 de agosto y esta vez me encontraba frente al Shopping Mariscal López, justo en la vereda de Cambios Chaco. Como necesitaba imágenes referenciales de la fecha me pareció oportuno hacer tomas de los tipos de cambio exhibidos en la pizarra electrónica del escaparate de dicha casa de cambio y empezó el estúpido circo del totalitarismo mental que aún persiste en nosotros.
En efecto, se me acerca un guardia privado y con aire de monarca me pregunta:
- ¿Quién le autorizó a filmar aquí?
Sin quitar el ojo de la mirilla de la cámara, le respondo con sorna, “me autorizó el Presidente de la República Fernando Lugo”.
- “Eso no es cierto” descubre el hombre y me insiste “¿Quién le autorizó a filmar?”
Le respondo entonces que además de la autorización de Lugo, tengo en el bolsillo la autorización firmada por el Papa y por George Bush y que voy a mostrarle el papel a condición de que me muestre el decreto, la resolución o la Ley que prohíbe filmar en una vereda.
Yo seguía filmando y felizmente el guardia no impedía físicamente mi tarea sino que buscaba advertirme de que estaba “violando” una norma que él la inventó ahí porque cree que teniendo un uniforme y un arma al cinto está investido de autoridad constitucionalmente indiscutible. Un disparate así.
Yo termine de filmar lo que me interesaba y lo encaré. Le dije que nadie puede impedir a nadie hacer filmaciones desde la vereda. Me respondió que la vereda es propiedad privada y que en todo caso la calzada era vía pública. Le indiqué que si fuera así deberían alambrar o amurallar las veredas. Sus propietarios deberían de hacerlo.
Le expuse además que si va a cumplir tareas de vigilancia debería exigirle a los formadores de vigilantes privados, conocer las leyes y saber hasta donde pueden llegar. Le dije, tengo la libertad de filmar e incluso de filmarte a vos y le hice tomas en primer plano. Reconozco que no se exacerbó el hombre y todo quedó ahí.
Los procedimientos
El problema es el desconocimiento de los límites y los procedimientos adecuados. En estos días en que una joven fue baleada por irresponsabilidad de Policías de carrera que violaron los procedimientos, el abuso que yo enfrenté es una bicoca ante esa criminal actitud pero se encuadra dentro de la misma problemática.
Vivimos tiempos nuevos y la vigilancia de los bienes públicos y privados debe realizarse en un marco de respeto a los derechos ciudadanos. Debe perseguirse la invocación alegre de normas inexistentes para intentar cercenar libertades públicas.
No se puede con absoluta impunidad decir simplemente “está prohibido esto o aquello” porque a alguien se le ocurrió.
Otra cosa, cuando está prohibido estacionar en determinados lugares por ejemplo y no está claro por qué se prohíbe, pues que se coloquen carteles que indiquen el número de la norma y quien la expidió.
Es absolutamente necesario en el Paraguay que busca dejar atrás largos años de dictadura, esa dictadura que se nos caló hondo incluso a los ciudadanos de a pie, obrar con transparencia aleccionadora.
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