viernes, junio 12, 2009
Prensa paraguaya: El debate inteligente salió de paseo y el chismerío ha ocupado su espacio
Con una profusión de discusiones bizantinas y escasa promoción del debate inteligente, la prensa paraguaya está desertando de uno de sus principales roles. No está ayudando a esclarecer conceptos y para peor, la información es sustituida por la declaración. Los “decires” abundan y no se publican los hechos en si.
De este modo, el público tiene una visión de lo que se dice y no de lo que realmente ocurre. Los medios contribuyen entonces a llenar el espacio de ruido que puede ser entretenido porque hay pasión y emoción en las declaraciones de ataques y contraataques pero uno se da cuenta al final de cada jornada que casi nada queda en limpio y simplemente persiste la basura.
Y la prensa es capaz de armar una tormenta bajo el ventilador. Por ejemplo una declaración tipo : “no se descarta una consulta popular para conocer lo que la ciudadanía opina sobre la gestión del Parlamento” puede terminar en un estado de general crispación política en el que cunde la alarma por que hay “un claro interés en destruir el Parlamento Nacional”.
Incluso pueden generarse pedidos de investigación judicial para quien dijo que “no se descarta….”, “por atentar contra las instituciones republicanas” con lo que llegamos a la perversa conclusión de que la opinión ciudadana es antidemocrática y peligrosa para las instituciones.
Vale decir un absurdo, producto del “declaracionismo” estimulado incluso artificialmente por la prensa para explotar el show donde debió haber información y debate inteligente.
Se construye de ese modo un ambiente de incertidumbre, de parálisis. Se instala un escenario de riñas entre sectores políticos, un teatro de triste espectáculo que no nos conduce por el camino correcto.
Penosamente se manosean conceptos constructivos y se demoniza la opinión ciudadana porque quienes temen el veredicto popular, "alertan"que es golpista y destructor de las instituciones republicanas. Todo por obra y gracia de los medios de comunicación que echan más leña al fuego en vez de moderar el debate y conducirlo por canales inteligentes.
Nada puede funcionar en este ambiente y escasean las voces sabias que intenten al menos arrojar un poco de prudencia en medio del despelote.
Y pensar que todo se hace en beneficio del interés público y del bien común.
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