Castiguemos al villano pero premiemos al bueno

El dinero estuvo en el centro de atención de dos hechos que nos reivindican con nuestros propios anhelos ciudadanos. Esos acontecimientos destacan a un hombre de 90 años que devolvió un millón de guaraníes de más que habia recibido al cobrar sus haberes jubilatorios y a un Fiscal que descubrió a un colega negociando coima de 150 mil dólares para “salvar” a un parlamentario corrupto.

El primero de ellos es don Felipe Nery Jara de 90 años quien devolvió a un cajero del Instituto de Previsión Social, en Asunción, un millón de guaraníes que le dieron de más al retirar su sueldo.
No es una actitud frecuente pero ha sido un ejemplo extraordinario el que nos dio el jubilado. Con relación a la actitud frecuente del pago de coimas, también queremos destacar la labor del Fiscal Arnaldo Giuzzio que es hasta ahora el más grande cazador corruptos que conoce la historia del Paraguay y que para nosotros en RESCATAR, fue el hombre del año en el 2006.

Giuzzio y un colega descubrieron que otro Fiscal, Gustavo Gamba se encontraba negociando una coima de alrededor de 150 mil dólares con el senador Víctor Bernal para beneficiarlo en una investigación sobre enriquecimiento ilícito cuando Bernal era director de Itaipú.
Nuestros aplausos para Giuzzio y don Felipe. Nos señalan el camino que debemos recorrer para salir del estancamiento moral que es la gran tranca para despegar económicamente.

Ser más efusivos
Como sociedad deberíamos sin embargo ser más efusivos con personajes positivos como Giuzzio y don Felipe. Está bien que seamos duros con los villanos pero del mismo modo debemos ser ruidosamente elogiosos con los buenos.
Vale la pena destacar lo que hicieron los ciudadanos argentinos hace unos días cuando el taxista de 49 años Santiago Gori, devolvió unos 35 mil dólares que había encontrado. Se organizaron los ciudadanos para recaudar en regalos una suma equivalente con la cual premiar su gesto constructivo.
Seamos agradecidos y demostremoslo. El Gobierno Nacional debería condecorar a Don Felipe Nery Jara y por qué no al verdadero zar anticorrupción del país, Arnaldo Giuzzio.

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