martes, octubre 18, 2011

Los políticos paraguayos son sospechosos

El fenómeno no es nuevo. Los políticos paraguayos no nos inspiran confianza y de ese modo siempre se otea el horizonte en busca de figuras creíbles que buenamente podrían gerenciar un proyecto de gobierno. Algunos nombres que surgieron últimamente son los de Fidel Zavala, empresario ganadero que fuera secuestrado y Mario Ferreiro, comunicador.

¿Y qué es lo que la gente ve en ellos?, fundamentalmente sentido común. Para gran parte de la ciudadanía es suficiente.
Sentido común, porque los políticos actúan de un modo que en vez de ocuparse de los intereses generales, buscan sobre todo encumbrarse ellos y su entorno a los efectos de seguir encumbrándose. Ellos y su entorno.
Fernando Lugo es un outsider de la política. Se consideró que un obispo no tendría ataduras inmorales con sectores poderosos para los que luego gobernaría y ha consolidado esa percepción.
Claro, los sectores poderosos ante los que no se inclinó, le han hecho cuesta arriba su gestión económica y social pero ella es mucho mejor de lo que pudimos haber esperado.
Para citar simplemente hechos muy actuales: unas 60 mil personas acaban de pagar 4,5 millones de dólares en boletería para ver al grupo Gun’s and Roses, 10 días después pagará otra suma similar para ver a Aerosmith y que haya dinero para desembolsar estos montos revela una plataforma socioeconómica que ha sido solidamente cimentada por la gestión del gobierno.
Todo esto era impensable durante gobiernos anteriores.
Hemos roto 60 años de gobiernos colorados corruptos y aunque el coloradismo se prepara para retornar al poder, quienes percibimos que sería penoso para la nación el retorno colorado sin haberse purificado en la llanura, nos fijamos en personajes que hacen su vida fuera de la política para que dirijan al país.
Más que nunca en el Paraguay actual aquel concepto de que la política es algo demasiado serio como para dejarlo solamente en manos de políticos, cobra peso.
Yo me inscribo entre los que consideramos muy sabio darle la lapicera de Presidente a un outsider que no viene con añejos pactos en sus bolsillos.
Es tanto lo que ya nos han robado que creemos que la sociedad debe actuar en defensa propia y felizmente cuando se habló de Mario Ferreiro, el nombre evidentemente impacto positivamente.
Se ha instalado ya un mensaje ciudadano claro, no confiamos en los “políticos de carrera” porque han hecho carrera de millonarios traficando influencias o directamente escamoteando recursos que son de todos.

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