domingo, enero 04, 2009
Israel-Hamas: Cuál es el límite del castigo si el estoicismo oculta el dolor del castigado
La brutalidad de la operación “Plomo Fundido” que Israel encara contra Hamas y los que lo protegen, inquieta a medio mundo. Es una suerte de David contra Goliat pero al revés. Goliat es un enano cuyo fastidio y peligrosidad David quiere aplastar.
Cuando era pequeño muy pronto me percaté de que soportar el dolor con dignidad cuando sobrevenía un castigo por alguna fechoría infantil no era lo aconsejable. Por el contrario, exagerar el dolor minimizaba el castigo al enviar el mensaje de que el aprendizaje de que habíamos actuado equivocadamente, había quedado instalado
Este esquema hay que aplicar para tratar de entender lo que Israel está haciendo en la Franja de Gaza. Revienta a bombazos a sus enemigos porque tienen un amplio margen para soportar el dolor.
La misión de un castigo es dar una lección. Hay chicos fastidiosos a los que un simple gesto les basta. Otros deben primero recibir una palmada y los hay que merecen muestras más severas.
Esto es así y en el fútbol a veces es suficiente un pitazo del refere, otras veces una advertencia mayor y según el caso se llega a la expulsión y suspensiones.
Hoy en día el mundo interpreta que con un pitazo le bastaba a Israel o si preferimos la otra figura, una palmada a Hamas.
Lo que sacamos en conclusión luego de leer bastante sobre el tema, consultando lo que dicen analistas, corresponsales, historiadores, sociólogos, es que cuando se decide el camino del castigo físico y el castigador se encuentra con una “víctima” de extraordinaria capacidad para el dolor, los primeros 400 muertos y 2 mil heridos más el bloqueo a la ayuda humanitaria, resultan todavía insuficientes.
De un misilazo la aeronáutica israelí mató a un líder militar de Hamas a su esposa y ocho hijos y cuando todos esperaríamos un bajoneo anímico natural y lógico, se manifiesta como un halo de satisfacción y gozo porque los que murieron se inmolaron por una causa religiosamente justa y serán recompensados en su otra vida
Pero entonces uno se pregunta ¿Cuántos más van a morir?
Es penoso para los demás vecinos (todos somos vecinos aquí) que en la casa de al lado vuelan platos, cacerolas y el griterío se acrecienta. Es difícil quedarse en el molde sin intentar intervenir para evitar males mayores.
Además, si no intervienes puede que incluso seas acusado por omisión de auxilio. Lo que menos podemos hacer es ser indiferentes.
A nivel de naciones, se creó la ONU para organizar la intervención de vecinos y tratar de resolver las diferencias de otro modo.
Claro, la misma ONU que le prohibió a los Estados Unidos invadir Irak y por toda respuesta, recibió un gigantesco pito catalán de Buch.
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