miércoles, septiembre 17, 2008

La virgen subió al avión del violador

Confío plenamente en Fernando Lugo pero no en lo que comunica. Una de las plataformas de su campaña electoral fue la de no renunciar a la dignidad paraguaya en materia de derechos y beneficios que Brasil adeuda al Paraguay en torno al negocio de Itaipú. Fue insistente y tenaz y ha logrado exitosamente su propósito de que el gobierno brasileño reconozca los derechos paraguayos a una mejoría de trato económico por la energía que cede al Brasil.

Sin embargo, era preferible que así como usa sandalias, así como se viste de un modo modesto y busca con ello comunicar un rechazo del boato y el lujo fatuos, viajara en colectivo a Brasilia antes que aceptar que el Brasil le enviara un avión de la FAB para ir a negociar con su igual Ignacio Lula Da Silva.

Pésima actitud. Lamentable.

De entrada planteó una conducta de debilidad. Insisto. Lugo demostró estar por encima de todas las suspicacias y pocos entendían cuando luego de ganar las elecciones se reunía con Nicanor, con Ortega y muchos cuestionan que se reúna con Chávez. Hace declaraciones a la prensa cuando se le antoja y si no se le antoja, sencillamente se calla. Así, reviente quien reviente.
Está por encima de los formalismos porque todo eso está en su hechura. Como sacerdote se reunió con criminales, bandidos de toda laya, prostitutas y los trató con respeto sin que eso representara una aceptación de su condición.
A mi no me preocupa cómo es Lugo porque entiendo que es un tipo sin dobleces y no se deja llevar como se diría por la “mala junta”. En ese sentido es un hombre digno de confianza porque hemos visto que hasta ahora hasta hizo enojar a la gente porque renunció a su salario en un gesto de desprendimiento que fue muy mal interpretado.

Fue mal interpretado porque los ladrones juzgan de si. Se sospecha de que algo trae entre manos y cuando el mensaje –lo hemos señalado- para nosotros es que no viene al poder para robar, muchos han interpretado exactamente lo contrario y que al renunciar a su salario está ocultando una intención pecaminosa. A mi me parece ridículo ese pensamiento.

Pero, lo que quiero señalar aquí es que se puede estar por encima de las suspicacias pero no se puede estar por encima de la delicadeza. Si vamos a ir a negociar mejoras de contrato con el expoliador del Paraguay, no correspondía aceptar viajar en un avión puesto por Brasil. Ha estado mal. La virgen aceptó viajar en el avión del violador. Esta es la figura que se me ocurre acerca de lo que ha pasado.

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