Seis meses de sequía en el Chaco dejaron los prados convertidos en paja seca capaz de arder con el calor del sol. Estaba en dudas la realización del Rally del Chaco y se sometió la decisión a un cuerpo consultivo. Tras evaluar la situación, los sabios recomendaron que no se haga el rally. El Presidente de la República tuvo una consideración especial y se hará el rally. Luego, debe levantarse la declaración de “emergencia” para evitar una contradicción embarazosa.
No podemos enviar mensajes contradictorios a los países amigos que están colaborando con el Paraguay. Estamos haciendo un papelón internacional. Es preciso que se levante urgentemente la declaración de emergencia.
Cuando se declara una situación de emergencia como aconteció ahora es que se evaluó el cuadro crítico de un fenómeno natural y su efecto sobre los bienes, la infraestructura y la vulnerabilidad de poblaciones existentes donde se produce el fenómeno.
Un equipo técnico hizo una estimación del impacto en las actividades cotidianas y de desarrollo y recomendó establecer medidas para reducir la vulnerabilidad y mitigar los efectos de la sequía. Entre ellos, la suspensión del rally.
El Presidente dice que el rally es una actividad de larga data y que no se va a suspender. A partir de aquí se incorpora una situación de total incoherencia, salvo que se levante la declaración de “emergencia”.
Claro porque no pueden convivir una emergencia que implica la ejecución de medidas de atenuación de riesgos con una competencia que justamente vendrá a exacerbar las amenazas. No puede el gobierno ordenar que se apague el fuego y autorizar que el agua se use en el llenado de piletas.
Es incomprensible que se declare un duelo nacional y se autoricen fiestas populares al mismo tiempo. Del mismo modo, no se puede autorizar el rally, manteniendo la declaración de “emergencia” porque entonces estamos ante un grosero despropósito. Sería una burla. Que se levante la declaración de “emergencia”.
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