Parece interesante lo que Fernando Lugo proyecta plantear en su participación en la plenaria de las Naciones Unidas. No soltó mucha prenda al respecto pero anticipó que hablará del amor como elemento fundamental del relacionamiento humano en un escenario en el que se plantea la inequidad, los precios, el tipo de cambio el problema del centro y de la periferia.
No han sido ni creativos ni pragmáticos los líderes mundiales al abordar la problemática de las relaciones internacionales. Fundamentalmente porque han limitado el enfoque a las variables del negocio y no a las variables de la naturaleza humana. Siempre se antepone lo económico a lo afectivo, lo financiero a lo humano.
Desde esa perspectiva, aunque desconocemos el contenido exacto del mensaje que Lugo está a punto de plantear en las “Naciones Unidas” (que desmesurado suena el nombre de la organización para lo que realmente acontece en el planeta) es indudablemente novedoso y a primera vista nos parece que puede ejercer un impacto interesante en un mundo en el que los líderes no están mirando a la humanidad como un todo sino que la porción de humanidad que les es próxima o prójima.
No le ha ido bien a los habitantes de la Tierra a la hora de establecer reglas para todos. No ha sido la constante en medio de los fanatismos sectarios.
Los medios le preguntaron a Lugo en qué aspectos enfocará su alocución el miércoles y respondió que se referirá al respeto de la persona humana, la búsqueda de su dignidad. “Mi mensaje será que este tema sea el centro de preocupación de todos los líderes mundiales. También hablaré del amor, de la amistad, como el elemento fundamental en el relacionamiento humano, en la vida política y de los pueblos”.
A ver si los que manejan el rumbo de los acontecimientos se fijan metas que tengan que ver con el cumplimiento de los postulados consagrados en la Declaración de los Derechos del Hombre.
Esperemos que el Presidente de Paraguay esté inspirado al hablar ante los líderes mundiales.
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