Tomo en sentido positivo la propuesta gubernamental de que la Pastoral Social de la Iglesia Católica, organización de la sociedad civil, haga un monitoreo del uso de 15 millones de dólares que Itaipú destinará a la reforma agraria en Paraguay. La idea esta comenzando a ser objeto de burlas por constituir presuntamente un despiste del Presidente Lugo.
Para empezar hay un cuadro confuso sobre el tema porque mientras algunas informaciones que se publicaron hablan de que la oferta es que la Pastoral supervise el uso del dinero, otros hablan de que administre el dinero.
Nosotros vemos en la intencion del presidente, el deseo de resguardar el uso del dinero de las aves de rapina que 60 anos de gobierno colorado dejaron revoloteando sobre la administración del Estado paraguayo y en donde el dinero es como una gota de agua sobre una piedra caliente. Se evapora velozmente.
Interpretamos un sano deseo de que el dinero público sea administrado de un modo transparente y participativo y de utilizar instituciones caritativas de indiscutible probidad para que la ciudadanía tenga la certeza de que un recurso que nos pertenece a todos, reciba un destino honesto en base a un proceso igualmente honesto.
Pero además percibimos una desesperación del gobierno ante la impotencia que enfrenta de ser una cupula con valores, asentada sobre una base de funcionariado público donde predominan los antivalores. Mente sana en cuerpo enfermo.
Si hay una negativa reacci[on generalizada ante la idea de incorporar a la Iglesia Católica como organismo de control, hay que aceptar las opiniones dicidenes pero no quedarse simplemente en la critica sino que avanzar con ideas creativas de cómo dejar a buen recaudo el manejo del dinero, difícil de confiar a un aparato estatal podrido, al menos, mientras no se logre desinfectarlo.
Tal vez no deba ser la Pastoral Social pero hay que interpretar el pedido de socorro que conlleva la idea. Que las organizaciones de la sociedad civil y del empresariado, aporten fiscales para monitorear el uso de los 15 millones de dolares. No rehuyamos al desafio ni asumamos actitudes cobardes.
Nosotros vemos ahí un llamado a la participacion ciudadana en el sentido en que aquella noche del 20 de abril, tras conocerse su victoria en la justa electoral Fernando Lugo emitió un breve mensaje a la nación, reclamando ante la ciclópea tarea que estaba por empezar “No nos dejen solos”.
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