La quema deliberada de papeles que comprometen a dirigentes del Partido Colorado y el gobierno anterior en torno al uso indebido de fondos de la Itaipú Binacional en favor de objetivos partidarios y el robo escandaloso en beneficio propio, nos ubica ante una situación que desde luego sabíamos pero que merece ser expuesta con claridad.
Hay un nuevo gobierno pero no se puede decir todavía que exista una nueva administración. Se robó demasiado dinero y esa plata es usada para seguir comprando jueces, funcionarios, periodistas y medios enteros.
Los funcionarios del Partido Colorado no cobran porque ellos percibían salarios directamente del dinero escamoteado a la administración pública. Se cortó el chorro y salen a las calles a reclamar sus haberes. Se trata sin lugar a dudas una confesión real y mediática de que se robaba dinero de los paraguayos para hacer funcionar el aparato del partido gobernante.
Funcionarios y prensa venal
Ocurre que los ladrones que tienen mucho dinero, prefieren usar lo que robaron para invertirlo en venalizar los sectores donde tienen interés en la desaparición de pruebas que los comprometan o en venalizar periodistas y medios que responden aún a sus designios, fundamentalmente para tratar de desacreditar las acciones del nuevo gobierno.
Tenemos que ser conscientes de este cuadro que subsiste a fin de dar el apoyo necesario al proceso de limpieza y desinfección que precisa el aparato estatal cuya corrupción apenas empezó a ser removida.
Resulta realmente curioso que el denunciante de la corrupción en Yacyretá, el consejero Roberto Paredes tenga menos prensa que los acusados. Sus protestas por el inequitativo trato mediático son atinadas y dejan aflorando el hecho llamativo.
Es triste saber que mensualmente se escamotean mil millones de guaraníes de las estaciones de cobro de peaje. Mucho dinero, demasiado dinero que precisa el cambio reclamado por la nación, se escurre por los agujeros que las cajas de dinero público tienen por todos lados.
Nos preguntamos cómo se puede hacer un presupuesto público y ejecutarlo si el nivel de rapiña es tan escandaloso. La limpieza de las oficinas del Estado de ladrones, es una causa nacional prioritaria, fundamental.
Con semejante nivel de corrupción no es posible llevar adelante planes serios. Es como pretender distribuir agua en comunidades del Chaco, llevando el liquido en camiones tanques plagados de perforaciones.
Las pérdidas son cuantiosas y mientras tanto los ladrones siguen usando el dinero malversado para trabar el funcionamiento de la justicia. El Paraguay vive un penoso presente que si no lo resuelve, se va a convertir en un futuro más penoso aún.
No puede haber tibieza en la lucha contra la corrupción y la ciudadanía debe organizarse para demostrar tolerancia cero con la corrupción. Es preciso demostrar que no estamos dispuestos a esperar y menos ceder.
Tenemos que lograr que los corruptos estén en el lugar que les corresponde: la cárcel.
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