Las heladerías deberían rendir un homenaje al Director de la Policía Caminera, el zar antibeodos del Paraguay, por obligar indirectamente a los paraguayos a reorientar sus demandas de consumo nocturnal veraniego del trago largo a los sabrosos helados.
Se encuentran productos de muy buena calidad aunque también se ofrecen los otros que obligan a protagonizar desesperados cuan sarcásticos lengüetazos porque por su elevado contenido de agua azucarada, se derriten en un santiamén.
En estos días en que nos desgañitamos contra la inoperancia de los directivos de la Administración Nacional de Electricidad (ANDE) y de la Empresa de Servicios Sanitarios de Paraguay (ESSAP) proveedora de agua (por los contínuos cortes en sus servicios) es preciso destacar la “operancia” de quienes están haciendo bien su trabajo y Eduardo Petta el director de la Policía Caminera merece una mención especial por poner en veredas a borrachos al volante, conductores de vehículos sin luces de reglamento y por hacer cumplir la Ley.
Nadie se salva de los controles. Ni los sacerdotes católicos entregados a libaciones adicionales a las meramente rituales, en un país en el que los accidentes de tránsito fatales, causados por el alcohol, alcanzan índices escandalosos.
Así, las heladerías se están beneficiando de la campaña contra el trago largo irresponsable pero es oportuno cuestionar a aquellas factorías de gélidos bocados que se avivan para sacar un provecho mayor del negocio ofreciendo helados casi líquidos en vez de cremosos.
Esta maniobra se detecta claramente cuando el consumidor se ve obligado a apurar los lengüetazos para evitar el alimento que era glacial, se le escurra por fuera de los cucuruchos.
Que conste que las heladerías también han sufrido las consecuencias de los cortes de luz aunque por lo visto, no de agua.
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