domingo, febrero 21, 2010

Salvador Cabañas y Mariza Ayala: A pesar de todo, dos historias de algún modo paralelas



La fama y los méritos deportivos abren las puertas. Contrariamente el anonimato que da ser ama de casa relega a la postergación que cierra puertas. Se llenó el Estadio para orar por Salvador Cabañas cuando no se sabía si se despertaría. Los sacerdotes oficiaron misas por él. Mariza Ayala está prácticamente abandonada en una sala del Hospital de Clínicas en un estado vegetativo en el que quedó luego de una operación en la que merodeó la mala praxis médica. Una jueza estudia su caso para que no la expulsen de hospital como si fuera una cosa y sin que nadie quiera hacerse cargo de ese ser humano.

Era el sábado 24 de octubre del 2009 y su madre, Francisca, lloraba profundamente. Decía que unos días atrás, su hija había ingresado a la sala de operación sonriente y bromeando para superar un cuadro de cálculos biliares.
Mariza se encontraba ahora en a terapia intensiva del Hospital de Clínicas con pronóstico reservado.
Hasta hoy no logró despertarse aunque ayer sus ojos que estaban opacos, brillaban de un modo esperanzador.

Un momento desgarrador
Pero volvamos al 24 de octubre. El abatimiento de esa madre plantada frente a la puerta de la sala de terapia intensiva era desgarrador.
Por favor oren por mi hija!!
imploró a dos misioneros que pasaban y se interesaron del caso. Uno de ellos era capaz de traducir simultáneamente la Biblia al guaraní y predicar la palabra en el idioma autóctono.
Ambos le hablaron con calma y notaron que primero debían orar por ella para que el cielo calmara la tormenta que azotaba su espíritu y tan enorme sufrimiento, cediera.
Le leyeron pasajes de la Biblia en que Jesús manifestaba el poder de Dios y sanaba enfermos. Le hicieron ver que la fe logra proezas que parecen imposibles y ella hizo una oración de fe.
Tras ello, ahí frente a la puerta del Servicio de Terapia Intensiva, hubo una oración por Mariza. Se invocó el poder de Dios y se encomendó en sus manos la situación porque la madre de la paciente temía por la vida de su hija.
Le contaron que la palabra dice que si aquí en la Tierra, dos se ponen de acuerdo para pedir al Padre, lo concederá porque si dos o tres se reúnen en nombre de Jesús, allí él estará en medio de ellos. (Mateo 18: 19-20)
El poder de la palabra apaciguó los ánimos de la madre y la llenaron de fuerza.

Ayer leí en abc color
Ayer cuando leí el diario abc color me encontré con que esa madre había recurrido a la Justicia para evitar que expulsaran de Clínicas a Mariza, cuando no se descarta que una sobredosis de anestesia la condenara a una vida vegetativa que todos en su entorno familiar, esperan que no sea definitiva.
Los médicos no quieren hacerse cargo y la madre logró la intervención judicial.

Ni fama ni poder
No tiene fama ni poder ni alguien que le pague una misa (como si hubiera que pagar para pedir la intervención de Dios) pero los dos misioneros han estado visitando a Mariza.
Cuando ayer de nuevo estuvieron con ella, pestañeó fuertemente cuando le hablaron. Tenían la certeza de que escuchaba y entendía perfectamente lo que ella estaba escuchando.
Que no se preocupara de su hijo porque estaba en buenas manos y contaba con una madre sustituta que le daba un cariño tan bueno como el que ella podría prodigarle y que por su enorme poder y bondad no tenía problemas en protegerlo y cobijarle en sus brazos hasta que ella retomara su rol.
Que además, no le cobraría nada porque era un regalo de los que todos los días hace millones de veces.
Le brillaron los ojos a Mariza. Moviendo los labios de un modo torpe era evidente que estaba comunicando que comprendía lo que escuchaba.
Le impusieron las manos y aquellos hombres siguieron visitando otras camas del Hospital.

Si sienten un llamado...
Si alguien siente un llamado, que cumpla el mandato que Dios da para llevar su palabra sanadora y salvadora a quienes por carecer de fama nunca nadie irá a los estadios a orar por ellos.
Que vayan a los hospitales de pobres a cumplir esa misión. Hay miles de enfermos, algunos de ellos terminales sufriendo en medio de carencias espirituales.
Entre tanto, donde quiera que se encuentre el que lee este artículo que destine una oración por Mariza Ayala para que despierte y se levante, retorne a su hogar a retomar las labores de madre y ama de casa que interrumpió a fines de octubre pasado.
Los agradecimientos que ella y su familia harán, les retornarán a cada uno de ustedes en forma de bendiciones sobreabundantes.

2 comentarios:

  1. plenamente de acuerdo.. ante tantas injusticias q hay en el planeta es increíble que hasta la religión muchas veces tenga precio..

    ResponderEliminar
  2. La Iglesia Católica vendía indulgencias para reparar la Basílica de San Pedro y los pecadores recibían un documento que garantizaba el perdón de sus pecados, vale decir, la vida eterna.

    Hizo un muy buen negocio pero entonces Martín Lutero, sacerdote católico y estudioso de la Biblia reventó y escribió su famoso cartelito "Disiento, no estoy de acuerdo y protesto" y lo clavó en la puerta de un templo en Alemania. Creó el protestantismo.

    Lo justo, y está escrito, es el diezmo y no el pago de rezos o misas. Jesús ya expulsó a los mercaderes del templo.

    ResponderEliminar