martes, diciembre 30, 2008

Hogar de Ancianos San Francisco de Asís: "Nuestros hijos decidieron olvidarnos”



El sábado 28 de diciembre visitamos el Hogar de Ancianos San Francisco de Asís que está en Luque. Un local de dos plantas inadecuado para gente de la tercera edad. Hay ciegos que deben subir y bajar escaleras con enormes riesgos. El presupuesto de materiales de limpieza es insuficiente y como si todo fuera poco, ahí, los hijos se han desembarazado de sus padres.

Buena parte de los esfuerzos que realizados como seres humanos, apuntan a alcanzar una vejez digna. Eso en lo personal y en lo que a sociedad organizada respecta, pagamos impuestos para que los hogares de ancianos funcionen como tales y no como meros depósitos de seres humanos.
Tal vez cuando se recortan presupuestos o cuando se decide la ampliación de gastos sociales, los ancianos nunca sean los privilegiados.
Ni siquiera sabemos cómo tratarlos si de abuelos, ancianos, viejos, personas mayores, tercera edad y durante las fiestas de fin de año sufren el olvido del resto de la sociedad.

Se sienten marginados
Los ancianos tienden a perder el lugar protagónico que tuvieron en el pasado. Al menos en ciertos segmentos sociales. Será por ello que cada vez hay personas que invierten lo que no tienen en cirugía estética en busca de la imagen juvenil y a veces el ridículo es el triste resultado. Pero tal vez todo valga para luchar contra la exclusión.
El sábado nos retiramos con pena del Hogar de Ancianos San Francisco de Asís. Primero porque nos preguntaron por qué nos retirábamos tan pronto como aforrándose a una visita que casi nunca reciben. Segundo porque me tocó hablar con aproximadamente 10 ancianos y todos ellos confesaron que hace años no ven a sus hijos por quienes son ignorados.
Conmueve profundamente escucharlos decir que sus hijos decidieron olvidarlos.

Un periodista abandonado
“Vos me conocés a mi” me dijo desde una cama cuando ingresé a la habitación en que se encontraba. Lo miré y claro que lo conocí. Era Tito Sigfried “el corresponsal viajero” del Diario NOTICIAS de Asunción.
Un hombre que dio su día de fama a varios pueblos del interior del país que ni siquiera figuran en el mapa. Un devorador de millas que recorrió todo el Paraguay rescatando historias extraordinarias de pueblos perdidos, permanece ahí postrado en una cama del Hogar.
Le pregunté por su hijo que también es periodista. Clavó su mirada en el techo mientras tragaba la respuesta. No le hablé más del asunto y me dijo que Humberto Rubín un día se acordó de él y que lo escuchó en una radio que es su amiga inseparable.
Sería bueno que el gobierno de Fernando Lugo se ocupe de la población de la tercera edad y fundamentalmente de los hogares asignados a ellos, donde la limpieza es fundamental y debe redoblarse.
Por de pronto, este fin de 2008 es bueno reflexionar sobre aquella frase que dice que un padre cuida de 4 hijos pero cuando llega su turno, 4 hijos “no pueden” cuidar a un padre.

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