La danza del fuego

Un árbol bifurca el viento sur a la entrada del toldo aborígen en la Plaza Uruguaya.

Ha sido elevado el balance de muertos por frío este año en Paraguay. Y no nos referimos a las más de 2 mil vacas sino a la docena de personas que fueron víctimas de hipotermia en algunos casos y de intoxicación por monóxido de carbono en otros.

A falta de indumentaria apropiada, buscaron el calor como el hombre de las cavernas, con fogatas. Sólo que las brasas en ambientes cerrados consumen el oxígeno ambiental, lo sustituyen por un gas mortífero y la gente muere sin darse cuenta.
Di una vuelta por la Plaza Uruguaya en estos días de intenso frío y los indígenas que acampan ahí en señal de protesta, recurren como siempre lo hicieron, al fuego para combatir el frío.
Sólo que tienen sabiduría para hacerlo.
La mayoría de las carpas que instalaron, los protege del viento sur y aquellas que simplemente son un túnel para el viento sur, en esas, a la entrada hacen fuego y el viento se calienta al pasar por las llamas.
Como no están en un espacio absolutamente cerrado, algo de monóxido respirarán pero aún es elevado el contenido de oxígeno. Incluso hemos visto cómo los dioses del monte les enseñaron a utilizar un árbol para partir el viento en dos y ambas corrientes se desvíen de la entrada a la carpa.
Se levantarán con algún dolor de cabeza o mareos pero, airosos salen de la prueba, tras una noche en la plaza, bajo carpas y con 0º de temperatura y -3º de sensación térmica.