lunes, agosto 30, 2010

33 mineros, la piedra que los tapona y la semilla de mostaza



Una piedra de 700 mil toneladas tapona el ducto de salida de los 33 mineros chilenos que están atrapados a 700 metros de profundidad. No quiero hacer numerología con 700 ni 70 veces 7 ni con 33. Quiero referirme a que no he leído que se haya intentado el rescate utilizando una herramienta de poder que según está escrita en el “libro guazú” debe funcionar.

Somos gente de poca fe. Una de las frases célebres que la Biblia recoge como enseñanza del divino maestro, tiene que ver con un reproche que hizo a sus discípulos porque no podían resolver un problema que su fe debió resolver.
Dijo entonces que si tuviéramos fe del tamaño de un grano de mostaza, podríamos decir a la montaña “arráncate de ahí y échate al mar y lo hará”.
La mostaza tiene una semilla pequeña que luego de germinar da vida a un frondoso árbol. La pequeñez de nuestra fe, puede concluir en algo inmenso, es la enseñanza.
Para quienes somos creyentes, si eso está escrito, no se puede poner en duda que debe ser así.
Mi sugerencia es que líderes creyentes de Chile, organicen una jornada de fe precedida de ayuno e indiquen la hora exacta en que van a pedir que la piedra que tapona la salida de los mineros, se mueva de ahí y deje libre la salida.
Esa hora exacta se comunica y todas las invocaciones de todos los creyentes del planeta se orientan en el mismo sentido de un modo globalizado para que la piedra se mueva invocando el santo nombre de Dios.
Si decimos ser creyentes y no creemos que eso es posible, sencillamente no somos creyentes. La Conferencia Episcopal Paraguaya envió meramente un voto de solidaridad con los mineros cuando por ser ministros de la palabra, hubieran actuado en el sentido de lo que aquí exponemos.
Dejo la idea y por de pronto, yo haré mi parte.

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