Los mejores reportajes a Fernando Lugo o Federico Franco publicados desde el 20 de abril del 2008 han sido los realizados por la prensa extranjera, fundamentalmente la española. A pesar de que ambos personajes están permanentemente expuestos a las preguntas de periodistas paraguayos, estos prefieren lo pasatista, lo superficial, la pregunta de poca monta.
En estos días se discute si debe o no permitirse la entrevista a Carmen Villalba en la Cárcel del Buen Pastor. Carmen esta involucrada en el secuestro de María Edith de Debernardi y se la vincula con otros actos terroristas en el país.
Legalmente no tiene impedimentos para expresarse pero hay un creciente sector de personas que considera que no debería ser entrevistada.
Lo que preocupa
Desde afuera del caso lo que nosotros percibimos es que la preocupación deviene del escaso nivel de la oferta periodística paraguaya. Hay tanta basura que preocupa que venga más basura.
Entendemos que si tuviéramos 100 reportajes constructivos, esclarecedores, propositivos, un reportaje a Carmen Villalba sería un mero matiz diferente en medio de una abundante disponibilidad de artículos trascendentes.
Eso no está ocurriendo y de ahí la preocupación. El problema en realidad no es Carmen Villalba sino la sobreoferta de bazofia informativa o de la paupérrima agenda mediática paraguaya en la que como lo señalamos una vez, Caín es titulo principal. Periodistas recurren a la justicia para reclamar su derecho a entrevistarlo.
Noé que trabaja en silencio construyendo el futuro, no merece la atención. Tendrá prensa y cámaras si fracasa en su intento.
Pero si se cubre informativamente a Jesús para utilizar la misma vertiente del enfoque, la prensa trae profusa cobertura sensacionalista de la garroteada y la crucifixión y no se ocupa del motivo central del sacrificio ni del mensaje que conlleva.
¿Cómo se ocupa la prensa de Jesús?, riamonos un rato. Cuando luego de la lluvia, aparecen manchas de humedad que semejan “el rostro de Jesús” y ahí van los móviles periodisticos a cubrir la información.
Solía comentar un colega en tren de sorna que luego de prolongadas lluvias en el cielorraso de su casa, la humedad dibujaba el rostro de todos los apostoles en la “Ultima Cena”. Que no le cuente a los medios que vendrán a fotografiar y filmar el déficit de combate a las goteras y la humedad en su vivienda.
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