En estos tiempos en que cuestionamos el mal uso del talento para hacer el mal, cometemos el error de minimizar a los que hacen un uso positivo de sus habilidades y conocimientos. Es momento de aplaudir a Joaquín Baldwin por su premiación en Cannes por dar una espectacular animación a un muñeco con piel de arpillera que se autoinmola para salvar de la muerte a otros.
Baldwin ganó la competencia Short Film Corner del prestigioso Festival de Cine en Francia y tuvo la virtud de que el muñeco que animó en un filme 3D se clavó varias agujas para desviar la atención que el Paraguay concita en estos días por motivos que no nos enorgullecen, hacia su talento que apenas ha empezado a manifestarse y arranca en punta.
Brillante Baldwin. No paremos hasta el Oscar.
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